El año 2009 está casi ya finiquitado. Como cualquier mes de diciembre, cada persona suele dedicar en sus ratos de meditación, aburrimiento, en el atasco de su coche, en el transporte público, etc, una relación de los sucesos que han acaecido en su vida ese año que fenece. Este 2009 es especial, no solo porque se acaba, sino porque además finaliza la primera década del siglo XXI. Cuán lejos está aquella Nochevieja de 1999 y el tan temido efecto 2000 y todo ese rollo de si el nuevo siglo empezaba en 2000 o en 2001. Qué mal parecia eso de decir que estábamos en otro siglo. Sin embargo ya nos hemos ido acoctumbrando a decir dosmil tal o dosmil cual con naturalidad, cuando el mil novecientos tal nos parecía imposible que acabase algún día.
No pretendo hacer una historia exhaustiva del año, ni de la década, ni de la treintena. Secillamente se me ha ocurrido pensar en el mundo de hace treinta años y, sobre todo, a mis ojos particulares, y compararlo con mis ojos actuales, muy miopes, por cierto. ¿Hemos cambiado tanto las personas de mi generación? ¿El mundo? ¿España? ¿Madrid? Algunas cosas han virado su rumbo en 360º y otras siguen igual. Algunas cosas han ido a mejor, otras a peor. Y de otras empezamos a ver las consecuencias de lo que ocurrió hace treinta años. Nada menos que casi un tercio de siglo. ¿Cualquier tiempo pasado fué mejor o fue peor? Expondré algunos sucesos y, como digo, a mis ojos. Cada amable lector que visita este blog que juzgue por sí mismo y que reflexione sobre aquellos años. Algunos de los cuales ni siquiera había nacido. ¡Qué viejillo empiezo a ser ya! Vamos a ello sin más prólogos.
EL FINAL DE LOS SETENTA: UNA DÉCADA DE CRISIS TRAS LOS "FELICES" SESENTA
Un frío invierno
El año empezaba con mucho frío en el hemisferio norte, y con dos sustos, los cuales nos siguen sacudiendo hoy: el asesinato, a manos de ETA, del gobernador general de Madrid, Ortín Gil, con las terribles escenas de la utraderecha amenazando de golpe de Estado y, la revolución islámica de Irán. El Islam y sus términos (ramadán, chiísmo, terrorismo islámico) empezarían a estar en las primeras páginas de la actualidad. Ya había empezado en 1973 el aviso por el tema del petróleo. Recuerdo las masas fervorosas al derrocar al todopoderoso Sha Reza Pahlevi y cómo llegaba al exilio y se fumaba un cigarrillo atónito pensando en cómo unos súbditos le habían derrocado en pocos días. Recuerdo cómo llego al poco tiempo (uno de febrero) en baño de multitudes el ayatolah Jomeini al país tras su exilio en parisino.
Ayatolah Joimeini.
También ese invierno se iniciaba el deshielo en la guerra fría: el gigante militar chino post maoísta viraba a la amistad con USA: Deng Xiaoping visitaba al entonces presidente demócrata Carter. Al mes siguiente invadía el Vietnam socialista. Sólo habían pasado cuatro años de la humillante derrota norteamericana en ese extremo de Indochina.
También el invierno terminaba con otro triunfo para Occidente: Anual el Sadat, presidente egipcio, pro occidental, firmaba la paz con Israel. Beguín, el israelí, devolvía la península del Sinaí. Parecía que el conflicto palestino esta próximo a su desenlace final. ¡Cuán equivocados estábamos y cuanta sangre quedaba aún por derramarse!
El día 3 de marzo fue un día decepcionante. Yo contaba ese invierno con dieciocho años para los diecinueve. Cursaba 2º curso en la facultad de Geografía e Historia (Filosofía B) en la Universidad Complutense de Madrid. Era un jovenzuelo típico de mi generación: rebelde y de izquierdas compulsivo. Me leía enterito El País, quería tener buena barba para parecer mas "progre", vestía de pana, estaba descubriendo el marxismo y estaba entusiamado con la historia contemporánea. Ese día ganaba la centrodechista UCD de Suárez las elecciones de la I legislatura de la democracia. Yo había votado, ni más ni menos, que al MC-OIC: Movimiento Comunista Internacionalista. Casi ná.
En un mitin de la derechona
Una tarde de la campaña electoral, fuí con unos amigos de cachondeo a un mítin, en la calle de Goya, de Alianza Popular, el antecedente del actual PP. Era surrealista. Esa calle del madrileño barrio de Salamanca, era el corazón de la zona "nacional" o "facha" de Madrid. En esa calle estaba la sede de la ultraderechista Fuerza Nueva, cuyos miembros eran temidos en Madrid por sus palizas. Su líder era el inefable Blas Piñar. Consiguió un escaño en el nuevo Parlamento. El mítin esperaba la presencia de Fraga. Antes hablaba Areílza y otros derechistas. Estaba el conde de Motrico borracho como una cuba, Arremetió contra el entonces popular y suarista actor Sancho Gracia, por su serie del bandido Curro Jiménez. Unos ultraderechistas que se habían colado en el mítin fueron expulsados por los equipos de seguridad al llamar traidores a los aliancistas. La llegada posterior de Fraga fué apoteósica. Don Manuel se llevó una "jartá" de aplausos. Y siguió la carga contra UCD sobre todo, más que contra el PSOE de Felipe.
Ese marzo acababa con un suceso que sería también un signo del futuro: los accidentes nucleares. Apenas nos acordamos hoy del accidente de Harrisburg, en la costa este norteamericana. Chernobil lo acalló años después. Yo tenía ya concencia ecológica y me esforzaba en compreder qué era eso de los partidos "verdes". Había ya en España el dabate nuclear y circulaba una pegatina muy graciosa que decía: "¿Nuclear? No jodas".
La primavera española y el inicio de una esperanzadora serie de caídas de tiranos
Lo mejor fue en abril, toda una primavera política: el día primero de mes, los alcaldes de izquierdas lograban las alcaldías de las grandes ciudades. Al ser en abril, pensamos todos en el abril de 1931. Muchos fuímos a la Puerta del Sol de Madrid. La alegría era desbordante, casi tanto,o más, que el 28-O de 1982. Tierno Galván en Madrid o Narcís Serra en Barcelona, eran los grandes triunfadores. Julio Anguita era el alcalde comunista de Córdoba. Los concejales socialistas y comunistas unieron sus votos. La prensa derechista, encabezada por ABC hablaba de un nuevo Frente Popular, como en las elecciones de 1936. Recuerdo que yo voté a Ramón Tamames, candidato del PCE. ¡Quién le ha visto y quién le ve! Ahora es un pepero total. Leía en aquél tiempo como libro de geografía su obra: Estructura económica internacional, que era cómo el "Samuelson" español.
Enrique Tierno Galván: el "viejo profesor", el alcalde más querido de la historia de Madrid, el que conectó con la juventud y la naciente "Movida" de Madrid. En la foto el carácter "sexi", con la entonces sexi Susana Estrada.
Pero salgamos de España y volvamos al mundo. Este abril caía uno de los tiranos que caerían a lo largo de ese año: Idi Amín Dadá, el tirano de Uganda. Se le atribuyó canibalismo. A casi dos décadas de la descolonización de África, empezaban los fallos de la misma y el crecimiento de sus tiranos respectivos.
Avanzaba la primavera y en mayo arrasaba en Gran Bretaña la inefable "dama de hierro", la conservadora o tory: Margaret Thatcher, la primera mujer europea que llegaba a la presidencia de un gobierno. Arrancaba la política antisocial y "neo-cons" que se encargaría de ir acabando con el welfare state de los sesenta.
Y de nuevo en casa, en Madrid un suceso que ví casi: el atentado de la cafetería California 47, en la mencionada calle de Goya. Un amigo vivía cerca. Fue la tarde del 26 de mayo. Se atribuyó al GRAPO. La novedad fue que, por primera vez, ví a la Policía Armada (los inefables grises) cargar contra los "fachas" y en su barrio. Mi equipo de fútbol: el Real Madrid, me daba una alegría al ganar la Liga.
Y acabo la primavera diciendo una anécdota particular graciosa. Ese año no me fue del todo bien el curso pues suspendí bastantes asignaturas. Para conseguir unos apuntes básicos de Etnología, teníamos un amigo y yo que ledírselos a un compañero de Opus Dei. Nos hizo ir a las cuatro de la tarde a un piso de la Obra y nos retuvo sin los apuntes hasta las diez de la noche. ¡seis horas de coñazo por un cura retrógrado del Opus! Ese compañero luego fue un popularísmo ministro de Aznar. No diré quién fué. Por supuesto que fui testigo de como la Historia del Arte se la aprobó un profesor "de la obra" sin tener ni idea. Hazte de la obra y se te abrirán muchas puertas. Por supuesto que intentó captarme y tuve que contestarle que era más dificil convertirme que pasar por "el ojo de una aguja".
Margaret Thatcher, la creadora de la revolución neoliberal o "neocons", basada en la economía el Nobel Milton Freedman y su obra "Libertad de elegir".
Un gran verano para mi: el gran viaje
Y llegaron los calores al Hemisferio Norte y con ellos el verano. Por San Juan, el que escribe estas líneas cumplía la veintena. Un incendio en el Hotel Corona de Aragón compungió a España con 72 muertos el 12 de julio. En ese incendio se salvó por poco la "Collares", o sea, la mujer de Franco, la super Carmen. Iberoamérica entra en escena ese verano. Todos los españoles estábamos compungidos por el terrible panorama de ese continente tan cercano emocionalmente: los desaparecidos de la Argentina de Videla, los crímenes de Pinochet en Chile, la violencia del terrorismo del M-19 en Colombia, el Sendero Luminoso del Perú, las dictaduras y la miseria que asolaban a toda la región y, sobre todo, las guerras civiles de Centroamérica. El 17 de julio caía Somoza. El sandinismo había logrado entrar en Managua. Me acuerdo de que todos lo esperábamos y creíamos que todo sería ya un coser y cantar. La realidad fue otra: la "contra", alentada por USA, dió aún muchos años de sangre aún.
Y del 25 de julio al 5 de agosto, por fin conseguí salir de España y ver Gran Bretaña: Londres. Para un joven que salía de una España aún muy marcada por el franquismo, por el paro, por estar en un país aún no desarrollado del todo, llegar a un país rico, de costumbres libres, de sociedad civil, fue un auténtico descubrimento. Sin saber una palabra de inglés, pero con horas de lectura de la cultura anglosajona, estuve pateando la vieja capital del imperio británico durante diez días, descubriendo el mundo libre, ese que estaba naciendo lentamente en España. Recuerdo mi vuelta y la depre que cogí al comparar Madrid con Londres. Menos mal que fue por poco tiempo, pues volví varias veces a Londres y veía como los avances españoles eran un hecho. Recuerdo un atentado del que ya casi la gente no se acuerda: los atentados de ETA sincronizados en Barajas. Atocha y Chamartín. Eran el aviso del futuro de Hipercor o del Corte Inglés o la T-4, etc, etc. Ese año caían mas de cien personas asesinadas por la banda terrorista. Al no saber inglés veía las fotos en los quioscos londinenses y un turista español me leyó los titulares.
Mis impresiones de aquél país fueron de estar en el paraíso de la libertad: ver punkys, hippies, etc, al lado de los más conservadores caballeros, con su sombrero de hongo, sus trajes impecables. Sentados al lado en el Metro-Underground, en total respeto mutuo. Ese respeto fue lo que más me alucinó, más que las pintas en sí. También pude ver la globalización racial y el cosmopolitismo. Aquí éramos aún un país oficiamente en vías de desarrollo, sin CEE a la vista, con emigrantes en el norte de Europa y todos, casi todos, éramos étnicamente uniformados. Es de imaginar la impresión de ver todas las razas del mundo en una misma ciudad. Y con su habitual indumentaria: Hindúes con saris y turbantes en la cabeza, árabes, negros, chinos....todo el imperio británico en las calles de Londres: Picadilly Circus, Trafalgar Square, Oxford Street, y un largo etcétera. Ya me asombraba la población británica autóctona: los anglosajones en masa. Fue un viaje de iniciación, de despertar al mundo y a los viajes.
Londres en 1979. Yo no salgo en las fotos, sólo las tomaba. Ya apenas estan visibles por su desgaste.
El finaaaal del veraaaanoooo....... En septiembre, y ya con el otoño a las puertas, aprobé casi todas las asignaturas. Solo una se me atravesó y la odié: la Prehistoria maldita, que la llevaba ya desde primero. Pasé a tercero con esa pendiente. Dos alegrías para el cuerpo: el 20 de septiembre caía otro caníbal, siniestro dictador y autonombrado emperador africano: Bokassa, el de Centroáfrica. Parece que el entonces presidente neogaullista Giscard d`Estaing estuvo implicado en un escándalo de diamantes con él. No recuerdo la fecha exacta ahora pero, en ese otoño, caía otro malvado: Macías, el dictador de la nueva Guniea Ecuatorial tras una década de independencia y pésimas relaciones con la vieja metrópoli, España.
Adiós, década del desencanto: el otoño
Iniciaba el tercer curso y ya me tocaba mi gran pasión: la Historia Contemporánea. El otoño llegaba y con él, el final del año y de la década del desencanto. En octubre iniciaban su andadura los regímenes autonómicos de Cataluña y el País Vasco. Recuerdo que el 25 de octubre, el día de sus referéndums correspondientes, estaba yo viendo a unos amigos en Derecho, cuando los fachas pusieron una pancarta en el vestíbulo. Amenazantes sobre la "desunión" de España y toda esa tramoya que todos sabemos. Hubo conatos de tensión entres estudiantes.
Fuera de España el año acababa como empezó: en Oriente Próximo. Los estudiantes iraníes asaltaban la embajada norteamericana en Teherán y, con la ayuda de las autoridades, tomaban rehenes a los funcionarios allí encontrados. Una dura humillación de más de un año le esperaba a USA. Algunos dicen que Carter y los demócratas se hundieron hasta los años 90 por esta crisis. Lo cuerto es que tanto USA como Europa o Japón, se enfrentaban a una incertidumbre económica sin precedentes, con alto paro y altos precios de la energía. Para terminar de arreglarlo, los soviéticos invadían Afganistán. Era su tumba. ¿Nos suena ese país hoy?
En España la década terminaba con una protesta estudiantil muy duramente reprimida por la Policía Nacional. Aquellos días finales de año y década, se estaba elaborando la Ley de Autonomía Universitaria, preparada por el entonces ministro de Educación González Seara. Las manifestaciones fueron tremendas con duras cargas policiales. Yo iba a algunas pero debo confesar mis temblonas de piernas ante los antidisturbios y mis salidas rápidas de las manifestaciones. Un cierto complejo de acojonadillo me recomió la conciencia un tiempo.
Recuerdo los griotos de entonces: "grises, marrones, igual de cabrones". En aquellos días se estaba cambiando el uniforme de la Policía Armada o "grises" por la Policía Nacional, de traje marrón con boina. Era un lavado de cara de la poli. Pero la violencia se disparó al caer abatidos a disparos por los agentes dos jóvenes en la Glorieta madrileña de Embajadores. Los ánimos se dispararon y las cargas fueron mayores aún.
Reflexión final
Aquél diciembre del 1979, hace treinta años del actual 2009, el mundo era igual, en sus grandes aspectos: crisis económica, malestar generalizado, inicio de la rebelión del Tercer Mundo, una minoría rica que se come a la pobre, Afganistán, Irán, los palestinos, miseria y hambre fuera del mundo desarrollado, atentados de ETA, nacionalismo vasco y catalán, paro galopante en España..........¿nos suena esto hoy?. Sólo un actor parece que desapareció: la URSS y la Guerra Fría. ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor? Un profesor de la facultad nos decía:
"no es que con Franco se viviese mejor, lo que pasa es que con Franco......éramos más jóvenes".
Yo, personalmente acababa un año bueno para mí pero, con la inquietud del paro, de la falta de futuro, de saber que con mi futura carrera de Historia no encontraría trabajo..........En fín eso es ya otra historia. En la siguiente entrada intentaré hacer lo mismo pero en 2009. A ver cuanto cambió el mundo y....cuánto hemos cambiado nosotros.