En este verano de 2010, en mis paseos por la bella Ciudad de México, me costó poder llegar a la Plaza de las Tres Culturas o Plaza de Tlatelolco. Distancias larguísimas en una ciudad de 25 millones de habitantes, otros muchos lugares a visitar, lluvias torrenciales y un difícil acceso, aumentaban mis ganas de poder llegar allá. Recuerdo que a mis quince años, en un lejano mes de septiembre de 1975, el agónico régimen del dictador Franco fusilaba a varios terroristas del FRAP-GRAPO y de ETA. Las protestas internacionales arreciaban y el entonces presidente mexicano del PRI, Luis Echevarría pedía a la ONU la expulsión de España del organismo supranacional. Le respondía el diario ABC aludiendo a su responsabilidad en la "matanza" de Tlatelolco. En 1988 ante el 20º aniversario del Mayo francés y la Primavera de Praga, el ya fallecido periodista Pedro Altares decía en un debate de la radio que "cada generación tenía su Tlatelolco", en alusón a aquella matanza. Recuerdo muy confusamente aquella Olimpiada del 68 en México por las bolsas de deporte con aquél anagrama y en 1970 aquel Mundial de fútbol, el mundial de Pelé y el campeón Brasil. Ni que decir tiene que aquel México priísta no tanía relaciones diplomáticas con aquella España tardofranquista. En el 2010 supe que, además en esa plaza se cerraba una página de la historia mexicana: caía en ella la última resistencia azteca ante Hernán Cortés, rindiéndose el último tlatoani (emperador), Cuatemoc.
En esta primera entrada trataremos estos hechos como PASADO, y en una segunda el paseo arqueológico como PRESENTE.
Piedra conmemorativa de aquellos trágicos sucesos de 1968.
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TLATELOLCO/PLAZA DE LAS TRES CULTURAS, 2 DE OCTUBRE DE 1968
En julio de 1968 se produjeron graves incidentes entre estudiantes y policías que culminan en asaltos de facultades y recintos universitarios en general. La monumental puerta del monumental Colegio de San Ildefonso, a espaldas de las ruinas del Templo Mayor azteca y de la Plaza del Zócalo, fue destruida de un disparo de bazoca. Una gran manifestación de protesta recorría la gran avenida de la Reforma. Un mes después, a finales de agosto, las multitudes de estudiantes ya algunos obreros se concentraron en el Zócalo, ante el Palacio Nacional, con gritos contra el presidente, el priísta Gustavo Díaz Ordaz y su Secretario de Interior, el que sería su sucesor presidencial: Luis Echevarría Álvarez. Ese mismo día salieron los tanques del palacio contra los estudiantes.
En septiembre el ejército mexicano ocupaba el grandioso y excelente recinto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al sur de la capital. Todo ello en plena cuenta atrás ante la inminente inauguración de la los primeros Juegos Olímpicos en América Latina, cuando los ojos del mundo miraban a México.
El entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz (Puebla, 1911-Ciudad de México, 1979).
En su presidencia se realizaron los Juegos Olímpicos de 1968, el Mundial de 1970, y el inicio de la construcción del Metro de la capital, verdadera solución a la movilidad de millones de personas a diario.
Luis Echevarría Álvarez (Ciudad de México, 1922)Secretario de Interior en aquél octubre del 68. En 2005 fue encarcelado ante su presunta responsabilidad en los hechos. Por su avanzada edad y mal estado de salud fue absuelto. Fué el sucesor en la presidencia de Díaz Ordaz. Ese tiempo fue el final de la credibilidad política del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de los herederos de la revolución de 1910.
Aún quedaba un largo cuarto de siglo del PRI en el poder con presidentes corruptos como Salinas de Gortari y otros como López Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos Zedillo. En 2000 sería el PRI desbancado del poder por Vicente Fox.

El día 2 de octubre llegó la tragedia y el baño de sangre. La multitud se iba a disolver pacíficamente cuando un helicóptero sobrevolaba la plaza y lanzó unas bengalas que eran una señal de disparar. Miembros francotiradores del Batallón Olimpia, apostados estratégimente abrieron fuego para hacer creer a los militares y policías que eran los estudiantes los agresores. La respuesta contra la muchedumbre causó varios cientos de muertos. Aún hoy no se sabe con exactitud real el número de muertos. El día siguiente los informativos silenciaron los hechos. El mundo miraba a México y estaba pronta la llegada de los atletas, turistas y periodistas de todo el mundo.
Diez días después, el simbólico 12 de octubre, el presidente Ordaz inauguraba los Juegos. Dos años más tarde, los mundiales de 1970, los de "O`Rei Pelé" y de la selección brasileña. Aquí no ha pasado nada.
El Estadio Azteca, escenario de los mundiales mexicanos.
CUATROCIENTOS CUARENTA Y SIETE AÑOS ANTES: LA PRIMERA MATANZA DE TLATELOLCO: AGOSTO DE 1521, CUATEMOC SE RINDE A CORTÉS Y NACE EL MÉXICO ACTUAL
En agosto de 1521, tras una dura y heroica resistencia azteca -ante la falta de alimentos y la epidemia de viruela- al asedio conjunto hispano-tlaxcalteca de Tenochtitlán, Pedro de Alvarado se disponía al asalto final de una ciudad en ruinas, verdadera antítesis de la esplendorosa ciudad que vieron esos mismos españoles poco antes. Los tlatelolcas de Coyohuehuetzin y de Temilotzin, deciden que Cuatemoc, el tlatoani o emperador sucesor del fallecido Moctezuma, fuese el día 13 del mismo mes en una canoa a rendirse a Hernán Cortés. El extremeño no le asesinó aún, a pesar de suplicarle Cuatemoc que lo hiciese. Falleció más tarde tras un tormento cuando ya no era "útil" a los españoles.
Dos sucesos terribles que parecen desmentir la placidez actual de la plaza, un recinto con un excelente y bien organizado museo arqueológico abierto al aire libre con restos arqueológicos notables y que veremos en la entrada sigueinte.
Placa explicativa de la rendición de Tenochtitlán ante los españoles el 13 de agosto de 1521 y del nacimiento del México mestizo de hoy.