Acabamos aquí esta serie de cuatro entradas aprovechando el mes de octubre como recuerdo-homenaje al hombre que, en este 519 aniversario, descubrió el continente americano en 1492. Su viaje postrero y las dificultades y peligros que estuvieron a punto de costarle la vida trágicamente en la mar, ocupan esta primera parte. Una elemental biografía del inicio y final de la vida de Colón, así como la mención del primer gran mapa moderno y del nombre del continente, acaban la serie.
EL CUARTO VIAJE COLOMBINO
Cádiz, 2 de mayo de 1502 / Cádiz, 7 de noviembre de 1504
El 14 de marzo de 1502 tuvo Colón la autorización para realizar el que sería el último de sus viajes. Zarpaba el día 2 de mayo de Cádiz con el objetivo de encontrar el estrecho que separaba las dos tierras firmes de Asia que creía haber descubierto. Iba ahora como simple navegante particular con cuatro carabelas y 140 hombres. Tenía la prohibición de tocar La Española.
El 15 de junio llegaba a Martinica. De ahí intentó llegar a Santo Domingo, donde el gobernador le impidió echar el ancla. Colón hubo de seguir hacia Jamaica y a las costas del sur de Cuba. Desde aquí puso rumbo al suroeste, llegando a la costa centroamericana de Honduras. Desde allí siguió costeando hasta la actual Panamá, donde pasa largos meses.
A mediados de 1503 tenía ya solo dos naves y 116 supervivientes, iniciando la vuelta a las islas Antillas. Naufragó en las costas de Jamaica, donde quedó con su tripulación. Envió en lanchas a varios marineros a Santo Domingo en busca de auxilio. El gobernador Ovando envió una carabela para salvarle. El 28 de junio de 1504 estaban ya salvados. Durante varios meses estuvo reponiéndose en Santo Domingo. En septiembre abandonaba -vivo- por última vez el continente americano. Llegaba a Cádiz el 7 de noviembre, tras dos años y medio desde su salida.
Este último viaje fue el más completo en cuanto a descubrimientos. Las nuevas tierras descubiertas eran amplias: las costas atlánticas centroamericanas, de Honduras a Panamá.
¿Quién era Colón?
Llegados a este punto, veamos quién fue Cristóbal Colón. Este personaje histórico ha hecho verter ríos de tinta. Le han buscado tantas patrias como a don Quijote en el lugar de La Mancha del que Cervantes no quiso acordarse. Hoy se acepta Génova como su cuna, y 1451 como el año de nacimiento. De familia de tejedores, muy adolescente, movido por el espíritu empresarial y viajero de su ciudad, empezó a navegar. En 1476 llegó a Lisboa. El Mediterráneo y el Medievo estaban ya en decadencia y, tanto Génova, como Venecia, buscaban ya su lugar en el Atlántico, océano en que ingleses, franceses y, en especial, Portugal y Castilla, estaban mejor situadas. Un año después llegaba a Irlanda (Galway) e Inglaterra.
Vuelto a Lisboa se casó con Felipa Moniz de Perestrello, yéndose a vivir a las Azores unos años. Colón ya era un atlantista pleno y el Mediterráneo le quedaba ya muy del pasado. Allí estudió el Atlántico y sus vientos y corrientes, leyó el Libro de las Maravillas de Marco Polo y viajó por la costa africana en esos viajes exploratorios para circunnavegar el continente negro. Con 32 años presentó su proyecto al rey portugués, pero fue rechazado. Viudo y con su pequeño hijo Diego, decide entrar en Castilla, alojándose en el monasterio franciscano de La Rábida. El resto de la historia ya la conocemos.
Estatua "manirrota" de Colón en Pontevedra.
Veamos ahora su final. En 1504, nada más llegar a España, supo de la muerte de la reina Isabel, su única valedora. Se estableció enfermo en Sevilla durante 1505. Fernando le recibió indiferente para decirle que el asunto de las Indias le incumbía ya a su hija y sucesora, la reina Juana la Loca. En el invierno de 1506 debió de estar muy enfermo. Pobre y solo estuvo en Valladolid, donde le sorprende la muerte en el mas absoluto olvido, en el mes de mayo. Como dijimos, un triste final para uno de los personajes más sobresalientes de la historia. El país al que dio la gloria y la base de un imperio durante tres siglos, le olvidaba de forma tan poco ortodoxa.
El primer mapa de las Indias y el nombre de América
En 1500, en el Puerto de Santa María, Juan de la Cosa elaboró el primer mapa de las Indias, de gran tamaño y precisión para su época. Estamos ante una de las primeras consecuencias culturales del descubrimiento: el inicio de la renovación de la cartografía que, cien años después, ya contaba con el mapa de proyección Mercator, inicio de la cartografía actual. Se basa su mapa en los descubrimientos de Cabot, en los de Cabral y en esos viajes anteriores españoles, los de Ojeda-Vespuccio-La Cosa-Lepe y Pinzón. Se conserva en la actualidad en el Museo Naval de Madrid.
El cartógrafo cántabro, Juan de La Cosa. Participó en los dos primeros viajes de Colón, además de haber sido espía de los Reyes Católicos en Lisboa. Realizó viajes propios al continente americano, muriendo en la costa colombiana en una emboscada de los indígenas, en 1510.
El nombre de América se debió a Américo Vespuccio. El clérigo Martín Waldseemüller, copió su nombre como el descubridor del Nuevo Continente. Se expandió rápidamente por toda Europa e hizo fortuna hasta hoy. No obstante, en España se usó durante muchos años el nombre de Las Indias.
Hemos visto un capítulo de la historia del mundo que se abrió en ese 1492, aunque, como todo fenómeno histórico, se va gestando años atrás. Las consecuencias de dicho episodio fueron tan grandes en la vida mundial, tanto a nivel particular de las gentes de ambas orillas, como a nivel de las altas esferas del poder, que, a pesar de que muchos historiadores se empeñen en decir que el fin del Medievo lo marca la caída de Constantinopla en 1453, bien puede decirse que fue la aventura colombina el inicio de la Edad Moderna, pues esta nunca hubiese nacido sin ese viaje de ese año mágico como le apodaron algunos en los fastos de aquél ya lejano año de 1992. Se abría ahora, a inicios de la segunda década del siglo XVI el nuevo capítulo de la conquista y colonización, el de los corteses y pizarros, de zumárragas y Las Casas, de galeones y piratas… Pero eso ya... es otra historia.