Introducción
y texto galdosiano
Vuelvo de nuevo a las páginas
de HISTORIA Y PRESENTE. Tras un paréntesis que aún no ha terminado del todo (creo que volveré regularmente -al igual que siempre- por los calores del estío), me veo con
ganas de exponer sobre un personaje que me parece muy interesante de conocer, aún a pesar de
no acabar la segunda parte de la entrada de las Cortes de Cádiz iniciada allá
por el frío enero de este infausto 2012.
Con motivo de mi primer
viaje al continente americano, allá por 2009, descubrí la poca o nula información
que tenemos los españoles de la historia de aquél continente, no ya de su
actualidad, sino de la misma época de la conquista. Una época aquella en que
los conquistadores, más allá de las inevitables crueldades que trajo el
accidentado contacto de ambos lados del Atlántico, escribieron gestas increíbles.
Aquellas aventuras y odiseas, algunas de ellas verdaderos episodios de
crueldad, como la aventura del guipuzcoano Lope Aguirre en el Amazonas, o más allá de las
conocidas conquistas de Pizarro o Cortés, fueron verdaderas vidas apasionantes que
-recordemos a Gonzalo Guerrero, aquél jerezano capturado por los mayas y que,
tras evitar ser sacrificado, llegó a ser su cacique, acabando sus días a manos
de sus antiguos compatriotas cuando conquistaban la península del Yucatán- de
haber sido protagonizadas por británicos, norteamericanos u otros europeos, ya
serían archiconocidos en series televisivas o relatos novelados.
Con mi tardía entrada en el
mundo de Internet (me pescó algo madurito ya ese gran invento de fines del XX) y
de la información tan valiosa que presta esta Biblioteca de Babel del siglo XXI
en plena casa, pude ir descubriendo personajes desconocidos por el 95% de los
españoles. Asignatura pendiente esa de nuestra historia en general que tenemos
y que no terminamos de aprobar nunca, por fácil que se nos ponga el examen. El
personaje que voy a desarrollar en una serie de entradas pude descubrirlo de la
mano de mi admirado escritor don Benito Pérez Galdós. Ambientándome en alguna
lectura antes de viajar al Perú cayó en mis manos una muy buena edición del
Episodio Nacional número 38 u octavo de la tercera serie de la monumental –y estupenda-
historia novelada de la España del siglo XIX. La serie trata del reinado
efectivo de la reina castiza, la Isabelona, la de “los tristes destinos”. El
Episodio en cuestión lleva por título La vuelta al mundo en la Numancia.
En estos días en que la
exageradamente exportada “Marca España” hace aguas por todas partes, en que
este país empieza a ser una caricatura en el mundo y verdadera venta de humo, es
reconfortante saber que hace siglos hubo peninsulares cosmopolitas, muy lejos
del provincianismo actual y de la sensación de fracaso nacional con sus
agencias de calificación, sus primas de riesgo, riñas con países americanos por
REPSOL, conductas poco éticas del rey, etc, etc. Desde este borrascoso
presente, vayamos a aquel pasado sin más, sin apelativos de Edad de Oro ni nada
por el estilo.
La vuelta al mundo en la
Numancia se escribió en el invierno de 1906, cuando este país estaba en otra de
sus quiebras y ridículos ante el mundo, y cuando aún se escuchaban los ecos del
final de la guerra de Cuba y Filipinas y la humillante expulsión a patadas, cuatro
siglos después, de ese continente por el todopoderoso y prepotente Tío Sam. ¡Y
lo que quedaba por ver!. También en enero de 1906, cuando don Benito escribía la novela,
se firmaba la Conferencia de Algeciras que tan funesta y cara nos saldría años
después. En junio de 2010 ya hice una entrada sobre esta narración por si
alguien quiere leerla. Veamos el texto que me trajo la curiosidad. Pertenece al
capítulo XI, en el que se relata el paso del mítico Estrecho de Magallanes por
la tripulación de la fragata, rumbo a la guerra del Pacífico. En él, Galdós nos
habla de Sarmiento de Gamboa:
(…)
Corriéndose hacia la
extremidad de Santa Ana, reconocieron las ruinas que a la primera impresión
disputaron por las de Colonia de Sarmiento. Este Sarmiento fue un héroe loco,
un explorador animoso y exaltado hasta el delirio, que hizo creer a Felipe II
en la conveniencia de establecer, en medio de todas las desolaciones de la
Naturaleza, una colonia fortificada. La expedición, que al mando de otro loco
llamado Flórez, envió el Rey con aquél fin aventurero y fantástico, acabó de la
manera más desastrosa. Flórez y Sarmiento riñeron con escándalo y furia en las
aguas y costas de América, disputándose la precedencia. Flórez se volvió a
España. Sarmiento, más terco que la misma terquedad, se dirigió al estrecho con
las cinco naves que le quedaban, y aplicó toda su insana testarudez a la
fundación de la plaza colonial. Innumerables hombres, que eran sin duda los más
intrépidos orates de la nación, perecieron allí. A muchos se los tragó el mar
en las angosturas, o en los esteros fangosos de la costa sur; otros murieron en
enconada lucha fraticida; a los que se obstinaron en cimentar la absurda
colonia, los aniquiló la desesperación, y, por fin, el hambre dio cuenta de los
últimos.
(…)
Este texto narra una
tragedia y que explicaremos paralelamente a la biografía de Pedro Sarmiento de
Gamboa en la siguiente entrada. Más adelante, en otras entradas, intentaré
novelar, aunque haga el “ridi”, y como hice con el obispo Mollinedo en su viaje
peruano, en aquella narración del verano de 2011. Esta vez con narrador
omnipotente y no en primera persona del personaje. Espero gusten estas
entradas. Espero también “obligarme” a terminarlas y no dejarlas en suspenso, como
sucedió con la entrada de las Cortes de Cádiz –y que terminaré por redactar-, esa
segunda parte que trata, precisamente, de otro Episodio Nacional, el número
ocho: Cádiz.
CONTINUARÁ
10 comentarios:
¡¡¡BIENVENIDO!!!
NOS ALEGRAMOS DE TENERTE DE NUEWVO.
Te seguiremos leyendo y disfrutando de tus bien documentados relatos.
Saludos, manolo
Bien venido de nuevo a esta zona de ilustración que es el Internete ( también de basura infinita, claro)y en donde brillas con luz propia gracias a tus doctísimas lecciones Historia.
Es para mí muy interesante este personaje de Sarmiento de Gamboa ( me suena a origen alavés) y espero cumplas tus deseos de desarrollar la historia que prometes.
Un abrazo
Bienvenidas de nuevo tus acertadas y originales entradas. En este caso, como no podía ser menos, con tus crónicas de personajes relacionados con las Américas. Un tema bastante desconocido para muchos de nosotros y donde tú, viajero impenitente por esas tierras, tienes un campo fértil para tus estradas. Tiempos estos como dices de hacer el ridículo en algunos aspectos petroleros y caceriles, pero también de populismos baratos donde se hace patria desde la demagogia que sirva de cortina de humo para tapar las vergüenzas de unos y de otros y de ambas orillas. También es cierto que en nuestra heroica historia pasada, frente a episodios llenos de grandeza, hicimos más de una vez el ridículo y el animal. No creo que hayamos cambiado tanto en nuestras virtudes y en nuestros defectos.
Me alegra volver a verte por estos foros, aunque sea de vez en cuando.
Un saludo.
Hola Manolo, encantado de tus palabras, a ver si soy más regular en las entradas.
Un saludo.
Hola Tella, estoy planeando esta serie y a ver si me pongo a ello y hago una buena serie novelada, aunque cuesta un poco escribir bien.
Saludos señor bascón.
¿Qué tal Cayetano? Encantado de volver a compartir mis descubrimientos de la historia amnricana desconocida, más allá de los topicazos.
Ya está cercano el buen tiempo y a ver si volvemos a quedar con José Luis (y a ver si se apunta más gente bloguera o no) y damos ese paseo histórico por la Villa y Corte de Madrid que dijimos en nuestra quedada anterior.
Saludos estimado colega.
Bienvenido Juan. Seguiré atento lo que vayas publicando sobre el navegante Sarmiento, y espero que no sea ésta una aparición tan fugaz como anuncias, por aquello de ...para los calores del verano.
Un abrazo.
Hola DLT, encantado de leerte de nuevo. A ver si puedo zurrarle a la vaguería y no tengo que esperar a las vacas de verano para escribir cosas medianamente leíbles y no chorradas pá rellenar por rellenar.
Saludos valenciano.
Hola Juan. Es agradable leerte de nuevo. Te cuento que en Perú, Sarmiento de Gamboa es mencionado más al repasar a los cronistas del siglo XVI, por su obra "Historia Índica". Sus aventuras como navegante, explorador y colonizador son poco conocidas.
Un saludo.
Hola Arturo, ya acabo de publicar una nueva entrada con la biografía completa espero te guste.
Saludos desde Madrid a Lima.
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