domingo, 30 de diciembre de 2012

BREVE ATLAS DE HISTORIA DE ESPAÑA (III): LA EDAD MODERNA

Tercera entrega del Breve Atlas de Historia de España: la Edad Moderna. Los mapas son de libre uso, sin ninguna limitación. En la misma línea de las anteriores, es provisional y sujeta a la revisión y a la inclusión de otros mapas que se vayan elaborando.
 

En 1479 nacía la Monarquía Hispánica de los Reyes Católicos. Era el final de un largo proceso de lucha secular entre la cristiandad y el Islam en la Península. Se fraguaba una monarquía plurinacional en la que solo los monarcas eran el vínculo de unión entre los diversos reinos. Había acabado al guerra civil castellana con el definitivo distanciamiento de Portugal. Las dos ramas de la dinastía Trastamara, la castellana y la aragonesa, se reunían en este reinado.
Casi el actual territorio español se forjó en ese reinado. Hasta 1516, con la muerte de Fernando de Aragón, los monarcas hispanos habían anexionado el Reino Nazarí de Granada y el Reino de Navarra, además de darse la definitiva colonización de Canarias.
La formación del actual Estado Español habrá de esperar al siglo XVIII, tras la Guerra de Sucesión y la entronización de la dinastía Borbónica. Por el momento esa unificación que hablan los manuales tradicionales es solo personal y religiosa: el Tribunal de la Inquisición sí tiene competencias en todo el territorio en materia de asuntos religiosos y de mantenimiento de la ortodoxia católica más estricta. Por lo demás, cada reino conserva idiomas, tradiciones culturales y diferencias políticas.

 
En 1516 fallecía el rey Fernando El Católico (Fernando V de Castilla). La prematura muerte del primogénito de Isabel y Fernando, el príncipe Juan, había dejado el trono a su hermana Juana, casada con Felipe (Felipe I, el Hermoso), el hijo del emperador Maximiliano de Habsburgo. La degeneración mental de la reina tras la muerte de Felipe, dejaba el trono hispánico en manos de su primogénito Carlos, príncipe nacido en Gante y educado a la alemana. Paradógicamente su hermano Fernando, menor en edad, nacido en Alcalá de Henares y educado a la castellana, quedaba fuera de la sucesión hispana. Al abdicar Carlos (1556), Fernando heredó el imperio y alumbró la rama de los Habsburgo de Viena.
Al llegar al puerto asturiano de Tazones, el flamante Carlos I de las Españas heredaba un territorio en expansión: además de los reinos peninsulares de Castilla y Aragón, obtenía las conquistas que estaban realizando los castellanos en las Indias.
Tras la muerte de su abuelo Maximiliano, heredaba también el cetro imperial autro-alemán. Era Carlos V de Alemania y Carlos I de España. Curiosamente la historiografía española le cita por su orden numérico alemán, generando confusión, pues el último Carlos de España fue Carlos IV de Borbón.
Además heredaba de su padre los Países Bajos y el Franco Condado. Adquirió el Milanesado más adelante. Era el emperador de Occidente. Sus estados dejaban a Francia aislada diplomáticamente en Europa: al sur de los Pirineos, en Italia, en el este y en el norte, con la amistad con Inglaterra. Además contrajo matrimonio con una princesa portuguesa, por lo que dejaba la puerta abierta a una futura herencia portuguesa, como ocurrió en 1580 en persona de su hijo Felipe II.
La monarquía Hispánica unía su suerte a la política imperial europea. Nacía la llamada España de los Austrias (o de los Habsburgo), que duraría hasta 1700, tras la muerte del último miembro de la dinastía: Carlos II.
 

 
 
En 1581 Felipe II era proclamado rey de Portugal, tras la muerte del infante portugués don Sebastián en la batalla de Alcázarquivir, en Marruecos. Hizo valer sus derechos al ser hijo de una portuguesa. La unión hubo de necesitar de una invasión castellana y una lucha calle por calle en Lisboa, así como una dura batalla naval en las Azores contra el prior de Crato, ayudado por Francia. Felipe II conseguía un imperio extenso en los cinco continentes: el castellano y el portugués. Con esta unión se desvirtuaba el Tratado de Tordesillas: los españoles podrían anexionarse las Filipinas y los portuguses podían adentrarse en el Mato Grosso brasileño, lo cual tuvo sus repercusiones tras la secesión lusa de 1640.
Sin embargo algunos autores hablan del "gigante con los pies de barro". En efecto, los enemigos de la monarquía de los tres Felipes: II, III y IV, redoblarían sus ataques al ser conscientes de la falta de unidad real. Analizando el mapa de España entre 1517 y 1700 se puede ver que eran ocho miniestados: cuatro en Aragón (Cataluña, Valencia, Baleares y Aragón), tres en Castilla (Navarra, las provincias vascas y Castilla) y el estado de Portugal. En el reinado de Felipe IV estallará la rebelión de 1640, con la secesión definitiva de Portugal y la temporal de Cataluña, además de rebeliones nobiliarias secesionistas en Aragón (duque de Híjar) y Andalucía (duque de Medina Sidonia), entre otras demonro importancia. La Unión de Armas que propuso el Conde Duque de Olivares le costó bastante cara, con su caída política como valido.
Se puede consultar el enlace:
http://histocliop.blogspot.com/2011/09/principales-lugares-de-la-monarquia.html
 




 
El comentario de estos mapas de la Guerra de Sucesión Española se encuentra en la anterior entrada (septiembre de 2011):
 

En la plenitud del Antiguo Régimen (Despotismo Ilustrado) un episodio va a romper la estabilidad del reinado de Carlos III: los motines de 1766. Se iniciaron en Madrid, a finales de marzo. Aunque algunos los comparan con la Revolución Francesa, en realidad fueron una asonada típica del Antiguo Régimen ocasionada por una crisis de subsistencias. Como ocurrirá en 1808, en Aranjuez, el descontento popular fue aprovechado por ciertos sectores privilegiados contra otros (ministros españoles contra el grupo de italianos y sectores del clero contra la Compañía de Jesús.
El inicio de la tensión empezó en el barrio popular de Lavapiés de Madrid, ante un bando que prohibía las capas y los sombreros de ala ancha por motivos de esconder armas. La furia popular se dirigió contra la casa de Esquilache, que antes había huido de la misma. El rey hubo de acceder a las peticiones popules, pero, asustado, huyó a Aranjuez, lo cual exacerbó aún más los ánimos. Carlos III hubo de enviar una carta para reafirmarse en las medidas anteriores y explicando su marcha por motivos personales. El motín terminaba con la salida de los ministros italianos y la caída del sector afín al marqués de la Ensenada, así como la expulsión al año siguiente (1767) de los jesuitas. Con el tiempo, se fue imponiendo la moda de sustituir la capa por la casaca y el sombrero de ala ancha por el tricornio, quedando el atuendo anterior como parte de la indumentaria castiza de los "manolos" zarzuleros y toreros.
Sin embargo, los motines se extendieron por un amplio espectro de otras ciudades de España: Cuenca, Zaragoza (donde estuvo a punto de desatarse una verdadera tragedia con los soldados enviados desde Madrid), Barcelona, Sevilla, Cádiz, Lorca, Cartagena, Elche, La Coruña, Oviedo, Santander, entre otras, y poblaciones varias del País Vasco: Las Machinadas.
Las machinadas, poco estudiadas en general, fueron la versión vasca del descontento popular. Deben su nombre a Machin o San Martín, patrón de los ferreros. Aunque hubo motines violentos durante todo el siglo XVIII, las machinadas de 1766 fueron las más graves. Centradas sobre todo en Guipúzcoa, actuaban en nombre del rey y atacaban a los comerciantes, considerados los culpables del hambre. La represión fue bastante suave, como en el resto de España.
En realidad, los disturbios de 1766 ni estaban planificados, ni eran una protesta política contra el Antiguo Régimen, ni había anticlericalismo manifiesto. El resto del reinado de Carlos III continuó en la más absoluta tranquilidad.

 
El auge económico iniciado a finales del siglo XVII continuará hasta 1790 proximadamente. En estos años de Despotismo Ilustrado surgirán las Reales Fábricas, que muy poco tendrían que ver con las modernas fábricas. Su producción estaba preparada para satisfacer una demanda nobiliaria, de la propia Casa Real y del ejército. El resultado fue una existencia efímera y la caída en la falta de rentabilidad y el cierre.
Observando el mapa se distiguen las Reales Fábricas (verde) y sus productos, las fábricas de armas (rosado) y los astilleros de la Armada (azul). Estas factorías no generaron una industrialización capitalista a la inglesa.
Por su parte, la miseria y el subdesarrollo del país se tradujo en el aumento del  ya endémico bandolerismo en Sierra Morena, relieve que favorecía sus acciones y la rápida huida. El ilustrado limeño Pablo de Olavide realizó un curioso experiimento en la zona: repoblar el camino de Andalucía con alemanes y flamencos. Surgieron curiosas poblaciones planificadas con plano urbano en damero cuadricualdo: desde Almuradiel y Garromán, a ambos lados del desfiladero de Despañaperros, hasta las localidades de La Luisiana o la Carlota, entre Sevilla y Córdoba. 
 
 
 
 
SIGUIENTE ENTREGA: HISTORIA DE AMÉRICA

4 comentarios:

Cayetano dijo...

Muchas gracias por esta nueva entrega de mapas.
Aprovechando que los mayas se equivocaron y que el fin del mundo puede esperar, buena salida de año y mejor entrada en el 2013.

Juan dijo...

Okey Cayetano, idem de idem para vos. Y de los mapas, ya sabes, úsalos si te gustan para tus clases, para mí es una satisfacción.

Mari-Pi-R dijo...

Feliz Año Nuevo para ti, y como siempre muy interesantes los mapas.

Juan dijo...

Feliz Año Mari-Pi-R y que sigas leyendo mis entradas.
Saludos.