lunes, 23 de enero de 2012

UNA PAUSA BREVE

Hoy, domingo 22 de enero, el bloger TELLAGORRI BUREAU me ha entregado amablemente su premio particular -lo cual me ha alegrado mucho- y por ello he entrado en mi blog, a exponerlo y a dar esta explicación que sigue.
En los fríos invernales (y este año no son tan crudos ni tan nivosos) me suele dar una "pájara" al decir de los deportistas. La inspiración me abandona y me entrego a la febril actividad cotidiana hasta que llegan los primeros calores y, con ellos, de nuevo la vitalidad y el despertar del letargo.
Prefiero no escribir antes de escribir bobadas por el mero hecho de poner cosas en el blog. Prefiero calidad a cantidad. A ver si en fechas próximas vuelvo a entrar en los blogs que leo habitualmente y vuelvo a los comentarios y a mis entradas. La próxima será sobre un resumen del Episodio Nacional galdosiano "Cádiz", ambientado en ese asedio francés desde 1810, a pesar de no ser uno de los mejores escritos por don Benito.
Gracias a los lectores por disculparme.

lunes, 2 de enero de 2012

CÁDIZ EN EL BICENTENARIO DE “LA PEPA” (PARTE 1)

El dos de mayo de 2008 comenzaban en España los fastos del Bicentenario de aquél lejano e histórico día de 1808. La Comunidad de Madrid lo celebró con especial interés por ser la capital española uno de los primeros lugares donde se inició la lucha contra las tropas de Napoleón. Un año después surgía otro: el Bicentenario del inicio de las luchas de Emancipación en Hispanoamérica, también en mayo. Ambas fechas se consideran el inicio de la Historia Contemporánea de España y de aquellos países ultramarinos. En esos dos acontecimientos históricos se proyectaban decisivamente, a ambos lados del Atlántico, las sombras de las dos revoluciones (Estados Unidos y Francia) iniciadas dos décadas antes.
Casi cuatro años después -consecuencia de aquellos hechos- se llega a un tercer Bicentenario: el de la Constitución de Cádiz. Cuatro años de producción historiográfica española e hispanoamericana sobre unos sucesos, los últimos de historia común. La ciudad de Cádiz se sitúa en el centro de ambas orillas del Atlántico por última vez, cien años después de ser la heredera de la ya decadente Casa de Contratación sevillana.
Particularmente, el que escribe estas líneas, tan poco dado a coincidir sus lecturas históricas con los acontecimientos que están de moda y acaban siendo pesados, rompió esa costumbre, al menos en cuanto al tema americano, al poder realizar en 2009 (Perú y Ecuador) y 2010 (México) su ya largo como frustrado sueño de volar al otro lado del Atlántico. Muchas veces había visto el Atlántico desde España, Portugal y Marruecos y siempre con el deseo de ver la otra orilla. Volver a Cádiz o la costa atlántica europea tras haber estado en América, es comprender la historia común, con sus luces y sus sombras, ambas por igual.
Estas entradas van a tratar de Cádiz. Visité por tercera vez Cádiz en enero de 2010, cuando aún estaba en obras de preparación de los fastos del 2012. Ya se sabe que cuando hay un evento en alguna ciudad, mejor no ir hasta uno o dos años antes o después del evento en cuestión. Voy a publicar una reducidísima serie de las innumerables fotos que hice en aquellos paseos tan intensos: un día salí con un amigo, viejo compañero de la facultad e igual de apasionado que yo por la historia, a las 10 de la mañana del hotel y no volvimos hasta la 1 de la madrugada. Quince horas sin descanso de andar y andar -salvo para comer y beber-, de ver monumentos, lápidas, rincones de la historia local, idiosincrasia de la gente gaditana, etc.
Disfrute el lector de un mínimo número de fotos por razón de espacio. Es la ciudad de Cádiz tan interesante, que se merece una foto cada calle o plazuela, lo cual aquí es imposible de realizar. Es fácil hacerse con un mapita del caso histórico y cualquier reseña de Internet para ver muchas cosas que dejo en el tintero. Dentro de dos meses y medio tendremos Cádiz hasta en la sopa.
BREVE PASEO POR CÁDIZ 198 AÑOS DESPUÉS
Se llega desde la localidad de San Fernando, al sudeste de la pequeña manga de tierra que lleva al centro de la ciudad. Tras atravesar el Cádiz del siglo XX, se llega a la Puerta de Tierra, entrada a la fortaleza del casco viejo. Una alta torre almenada vigila cualquier movimiento del que llega. Con una defensa así, tan estrecha es difícil entrar. Sólo los franceses podían bombardear desde la bahía y desde larga distancia. La única forma de rendición es el asedio por hambre, desde el mar. Pero el mar no lo dominaban los franceses, por lo que los británicos, enemigos de la víspera, surtían la ciudad. Por ello, era inexpugnable ese último bastión de la resistencia contra el francés y cuna del liberalismo español.
Algo más adelante se llega a la Estación de RENFE y a la Cuesta de las Calesas. Recorremos la costa norte de la ciudad, el puerto comercial hasta la Diputación Provincial. Tras ella, la Plaza de España, lugar ajardinado donde se encuentra el Monumento a las Cortes de Cádiz.

 Monumento a las Cortes de Cádiz

Seguimos por la costa norte y llegamos a la Alameda de Apodaca, lugar muy agradable y arbolado con efigies de próceres hispanoamericanos. Destaco la del ecuatoriano Mejía Lequerica, que falleció en el asedio. Es una figura en su país, conservándose su casa natal en Quito.
Busto de Mejía Lequerica

 Bahía de Cádiz desde la Alamada de Apodaca, al fondo El Puerto de Santa María

Se llega al Baluarte de la Candelaria, desde donde se puede ver la gran bahía, con el Puerto de Santa María al fondo.
Ahora dejamos el mar y nos adentramos en la ciudad. Dando la espalda a la anterior alameda, por cualquier calleja, llegamos a la rectangular y amplia Plaza de San Antonio, con el convento de su nombre. Es un espacio elegante y popular a la vez, verdadero centro social de animación los festivos por la mañana. Es también el corazón del barrio del Mentidero.
Plaza y convento de San Antonio

La Calle Torre, tras el convento, nos lleva al cruce con la del Sacramento. Aquí se encuentra el Oratorio de San Felipe Neri, hoy Museo de las Cortes. En este templo se celebraron las animadas sesiones y aquí nació “La Pepa”, así llamada por haber sido aprobada el día 19 de marzo de 1812. Cuando estuve esta vez, en enero de 2010, estaba cerrada, en plena actividad de preparación para el momento de la conmemoración. Un montón de lápidas conmemorativas se encuentran adosadas a sus muros.

 Lápidas en la fachada del Oratorio de San Felipe Neri


Seguimos Sacramento hacia el oeste y llegamos a su continuación, que recibe el nombre de Benito Pérez Galdós. Salimos de nuevo al mar, al extremo oeste. A nuestra derecha queda el Parque Genovés. A la izquierda, nos dirigimos al Castillo de Santa Catalina. La gran fortaleza de la ciudad. Su aspecto es similar al de las fortificaciones de Hispanoamérica. La ciudad sufrió varios ataques, sobre todo fue muy grave el anglo holandés de finales del siglo XVI, el que inspiró la Española Inglesa, una de las Novelas Ejemplares de Cervantes.
Castillo de Santa Catalina


Siguiendo la costa llegamos al extremo oeste. Hemos pasado por la popular playa de La Caleta y llegamos al baluarte de San Sebastián, muy similar al anterior. Es el brazo que mira al Atlántico y, desde allí, cuando se ha estado en América, se siente como mucho más pequeño el océano, sobre todo cuando se ve el sol “poniéndose” por poniente.

Playa de La Caleta

Crepúculo desde el castillo de San Sebastián

Volvemos de nuevo a las callejas internas. Entramos en el popularísimo barrio de La Viña, el barrio castizo y humilde de Cádiz, el marginal, hoy recuperado y turístico.

Calle del Barrio de La Viña

Iglesia de la Palma

Volvemos al mar. Estamos en el lado sur de la ciudad. Se divisa el horizonte que adivina, muy cercana, la costa marroquí. Esta es la costa moruna, pero también la de Trafalgar y su desastre marino allá por 1805. Llegamos al barrio del Pópulo, el más antiguo de la ciudad, la Gadir prerromana. La plaza de la Catedral es muy pintoresca, con el nuevo templo neoclásico del siglo XVIII, testigo del auge mercantil y burgués de aquél siglo y que favorecería ser el lugar idóneo para el nacimiento del liberalismo español. A un lado de la catedral se encuentra el templo de Santiago, jesuita.

Catedral neoclásica de Cádiz

Iglesia de Santiago

Ya seguimos hacia el sudeste y llegamos de nuevo a la Puerta de Tierra. Terminamos aquí el breve paseíllo por Cádiz. Dejamos para la siguiente entrada otras fotos ante la falta de espacio. Un paseo corto pero que hace idea de la ciudad de forma somera.