miércoles, 13 de octubre de 2010

LA PLAZA DE TLATELOLCO, CIUDAD DE MÉXICO (y 2): LA PLAZA DE LAS TRES CULTURAS

Tras ver dos sucesos dramáticos en la historia de la Ciudad de México, ahora hacemos una vista a la plaza de Tlatelolco actual o plaza de las Tres Culturas. Una plaza muy grande, difícil de abarcar de un simple golpe de vista. Tres culturas se aprecian: la azteca indígena (restos arqueológicos), la colonial española (iglesia franciscana de Santiago) y el México mestizo de hoy (los bloques de la Secretaría de Relaciones exteriores), ese resultante de aquellos españoles que se mestizaron con los aztecas de antaño.
Para seguir leyendo y estar lo mejor guiados posible, hacemos clic en la foto del panel explicatico. Pude sacarlo a duras penas para poder leer los signos convencionales. La visita está muy bien guiada por ese panel y otros que hay en cada parada. El lugar es sumamente agradable y los restos están muy cuidados en ese circuito muy didáctico.

Panel explicativo.
Hacer clic y se leen bien los iconos.
Gran templo.
Un gran templo, restos de mansiones, etc, muestran la importancia que tuvo este conjunto arqueológico azteca. Pueden apreciarse las escalinatas que se repiten en todo el país, esas escaleras testigo de aquellos desgraciados que rodaban con el tórax abierto y sin corazón.

Una de las calles internas dentro del yacimiento.
Calles internas relativamente conservadas, con gran estilismo de los muros de manpostería y barandillas como puntos de observación.
Tras la visita de los restos se llega al templo de Santiago. No es muy monumental, pero tiene gran valor histórico. Entre sus muros Fray Bernardino de Sahagún escribió su obra Historia de las cosas de Nueva España, manual de consulta por cualquier investigador de la historia prehispánica y colonial del país. A su lado el que fuera convento, aunque exclaustrado por el gobierno Juárez, en sus leyes de la Reforma, algo similar a nuestra Desamortización del ministro Mendizábal.
Iglesia de Santiago.
A sus pies la ruinas.
Detrás los modernos bloques.

Claustro del convento.

Azulejo informativo.

La obra.
La obra del fraile franciscano es considerada como el inicio de la antropología. Se dedicó a recolectar informaciones de tradiciones, religión, cultivos y demás aspectos de la vida indígena. Su fuente eran los relatos orales que le contaban los indios a su servicio. Envió una copia a Roma Fray Bernardino. Hoy se conserva en Florencia, de ahí su otro nombre: Códice Florentino.
Fray Bernardino de Sahagún.
Nació este religioso en Sahagún de Campos y, tras estudiar en Salamanca y hacerse clérigo de la orden franciscana, emigró a América. Allá llegó con un puñado de monjes franciscanos tuvo el empeño de evangelizar aquél imperio azteca recién conquistado. Fue muy longevo, nada menos que 91 años vivió, entre 1499 y 1590, muriendo en Ciudad de México.
Un lugar este de Tlatelolco muy agradable para los amantes de la arqueología y de la historia en general. Se sitúa en una zona algo degradada, al noroeste de la cuadrícula ortogonal, ese conjunto de cuadras del viejo recinto virreinal y Patrimonio de la Humanidad, fuera del Eje Norte. Algo también más al norte de la Plaza de Garibaldi y casi al final del monumental y gran Paseo de la Reforma. Se llega en el metro, en la línea 3, a cinco estaciones de la central de Zócalo.


domingo, 10 de octubre de 2010

TLATELOLCO, CIUDAD DE MÉXICO (1ª PARTE): LAS DOS MATANZAS, 1521 Y 1968

En este verano de 2010, en mis paseos por la bella Ciudad de México, me costó poder llegar a la Plaza de las Tres Culturas o Plaza de Tlatelolco. Distancias larguísimas en una ciudad de 25 millones de habitantes, otros muchos lugares a visitar, lluvias torrenciales y un difícil acceso, aumentaban mis ganas de poder llegar allá. Recuerdo que a mis quince años, en un lejano mes de septiembre de 1975, el agónico régimen del dictador Franco fusilaba a varios terroristas del FRAP-GRAPO y de ETA. Las protestas internacionales arreciaban y el entonces presidente mexicano del PRI, Luis Echevarría pedía a la ONU la expulsión de España del organismo supranacional. Le respondía el diario ABC aludiendo a su responsabilidad en la "matanza" de Tlatelolco. En 1988 ante el 20º aniversario del Mayo francés y la Primavera de Praga, el ya fallecido periodista Pedro Altares decía en un debate de la radio que "cada generación tenía su Tlatelolco", en alusón a aquella matanza. Recuerdo muy confusamente aquella Olimpiada del 68 en México por las bolsas de deporte con aquél anagrama y en 1970 aquel Mundial de fútbol, el mundial de Pelé y el campeón Brasil. Ni que decir tiene que aquel México priísta no tanía relaciones diplomáticas con aquella España tardofranquista. En el 2010 supe que, además en esa plaza se cerraba una página de la historia mexicana: caía en ella la última resistencia azteca ante Hernán Cortés, rindiéndose el último tlatoani (emperador), Cuatemoc.
En esta primera entrada trataremos estos hechos como PASADO, y en una segunda el paseo arqueológico como PRESENTE.

Piedra conmemorativa de aquellos trágicos sucesos de 1968.
Hacer clic para leer mejor

TLATELOLCO/PLAZA DE LAS TRES CULTURAS, 2 DE OCTUBRE DE 1968
En julio de 1968 se produjeron graves incidentes entre estudiantes y policías que culminan en asaltos de facultades y recintos universitarios en general. La monumental puerta del monumental Colegio de San Ildefonso, a espaldas de las ruinas del Templo Mayor azteca y de la Plaza del Zócalo, fue destruida de un disparo de bazoca. Una gran manifestación de protesta recorría la gran avenida de la Reforma. Un mes después, a finales de agosto, las multitudes de estudiantes ya algunos obreros se concentraron en el Zócalo, ante el Palacio Nacional, con gritos contra el presidente, el priísta Gustavo Díaz Ordaz y su Secretario de Interior, el que sería su sucesor presidencial: Luis Echevarría Álvarez. Ese mismo día salieron los tanques del palacio contra los estudiantes.
En septiembre el ejército mexicano ocupaba el grandioso y excelente recinto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al sur de la capital. Todo ello en plena cuenta atrás ante la inminente inauguración de la los primeros Juegos Olímpicos en América Latina, cuando los ojos del mundo miraban a México.

El entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz (Puebla, 1911-Ciudad de México, 1979).
En su presidencia se realizaron los Juegos Olímpicos de 1968, el Mundial de 1970, y el inicio de la construcción del Metro de la capital, verdadera solución a la movilidad de millones de personas a diario.

Luis Echevarría Álvarez (Ciudad de México, 1922)
Secretario de Interior en aquél octubre del 68. En 2005 fue encarcelado ante su presunta responsabilidad en los hechos. Por su avanzada edad y mal estado de salud fue absuelto. Fué el sucesor en la presidencia de Díaz Ordaz. Ese tiempo fue el final de la credibilidad política del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de los herederos de la revolución de 1910.
Aún quedaba un largo cuarto de siglo del PRI en el poder con presidentes corruptos como Salinas de Gortari y otros como López Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos Zedillo. En 2000 sería el PRI desbancado del poder por Vicente Fox.

El día 2 de octubre llegó la tragedia y el baño de sangre. La multitud se iba a disolver pacíficamente cuando un helicóptero sobrevolaba la plaza y lanzó unas bengalas que eran una señal de disparar. Miembros francotiradores del Batallón Olimpia, apostados estratégimente abrieron fuego para hacer creer a los militares y policías que eran los estudiantes los agresores. La respuesta contra la muchedumbre causó varios cientos de muertos. Aún hoy no se sabe con exactitud real el número de muertos. El día siguiente los informativos silenciaron los hechos. El mundo miraba a México y estaba pronta la llegada de los atletas, turistas y periodistas de todo el mundo.
Diez días después, el simbólico 12 de octubre, el presidente Ordaz inauguraba los Juegos. Dos años más tarde, los mundiales de 1970, los de "O`Rei Pelé" y de la selección brasileña. Aquí no ha pasado nada.

El Estadio Azteca, escenario de los mundiales mexicanos.
CUATROCIENTOS CUARENTA Y SIETE AÑOS ANTES: LA PRIMERA MATANZA DE TLATELOLCO: AGOSTO DE 1521, CUATEMOC SE RINDE A CORTÉS Y NACE EL MÉXICO ACTUAL
En agosto de 1521, tras una dura y heroica resistencia azteca -ante la falta de alimentos y la epidemia de viruela- al asedio conjunto hispano-tlaxcalteca de Tenochtitlán, Pedro de Alvarado se disponía al asalto final de una ciudad en ruinas, verdadera antítesis de la esplendorosa ciudad que vieron esos mismos españoles poco antes. Los tlatelolcas de Coyohuehuetzin y de Temilotzin, deciden que Cuatemoc, el tlatoani o emperador sucesor del fallecido Moctezuma, fuese el día 13 del mismo mes en una canoa a rendirse a Hernán Cortés. El extremeño no le asesinó aún, a pesar de suplicarle Cuatemoc que lo hiciese. Falleció más tarde tras un tormento cuando ya no era "útil" a los españoles.
Dos sucesos terribles que parecen desmentir la placidez actual de la plaza, un recinto con un excelente y bien organizado museo arqueológico abierto al aire libre con restos arqueológicos notables y que veremos en la entrada sigueinte.
Placa explicativa de la rendición de Tenochtitlán ante los españoles el 13 de agosto de 1521 y del nacimiento del México mestizo de hoy.


viernes, 1 de octubre de 2010

LA AVENTURA MEXICANA DEL GENERAL PRIM (y V): SAN JUAN DE ULÚA

La fortaleza de San Juan de Ulúa domina en el horizonte de Veracruz. En ese mismo lugar ya dijimos que desembarcaron Juan de Grijalva (1518) y Cortés (1519). Paradógicamente, también aquí tuvo lugar la última resistencia española en México (1825). Un lugar muy emblemático por tanto de la América virreinal, era ese en el que volvía una fuerza española en 1861 al mando del general Gasset y ya en 1862, del genral Prim. Primer y último lugar del dominio español en el actual México. Una historia paralela con la fortaleza limeña del Real Felipe de El Callao. De este tema trataremos en esta última entrada de esta serie. Las fotos se agrandan con un clic.


San Juan de Ulúa, frente a Veracruz.
Evolución de la fortaleza según los paneles informativos de la entrada al recinto, hoy ya museo.
Maqueta de San Juan de Ulúa en el Museo Naval de Veracruz, en el que se exponen las demás fortificaciones y baluartes a lo largo de todo el país.
La visita puede ser guiada o no, según se prefiera. En el verano de 2010 estaba en total restauración ante los eventos del centenario de la emancipación de los siguientes once años. Se recorren las murallas, los diferentes baluartes, el patio de armas del interior y los túneles o cuevas quye sirvieron de mazmorras tras su uso militar en el siglo XIX. Aquí estuvo encarcelado Benito Juárez.

Baluates defensivos exteriores de refuerzo al fuerte.

Acceso al fuerte. Torre vigía.
EL FINAL DEL VIRREINATO DE LA NUEVA ESPAÑA Y LA CONSUMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO
Tras la capitulación del fuerte de Acapulco, la proclamación del imperio de Iturbide y el nacimiento del México independiente, el 27 de septiembre de 1821, estando la vieja metrópoli en plenas luchas entre absolutistas y liberales y acusando el paréntesis en el reinado de Fernando VII de 1820-23 (Trienio Liberal), el puerto de Veracruz aún continuaba en manos españolas. Sin embargo el general peninsular José María Dávila se vio obligado a abandonar dicha ciudad el 26 de octubre de ese año de 1821, refugiándose en San Juan de Ulúa.
CAÍDA DE SAN JUAN DE ULÚA
Un año después, el 26 de octubre de 1822, el brigadier Francisco de Leumaur reemplaza a Dávila en el mando del fuerte. El día 27 bombardeaba Veracruz, que estaba al mando del general mexicano Santa Ana. Al siguiente año, el 21 de septiembre de 1823, quedaba sitiado por tierra el recinto. Leumaur volvió a bombardear Veracruz el día 25, ocasionando una sangría. Los mexicanos comprendieron que la única forma de tomar San Juan era comprando una flota armada. La adquisición fue primero en Estados Unidos y, posteriormente, en Gran Bretaña.
El 28 de enero de 1825 José Coppinger releva a Leumaur. Éste sería el último defensor de las tropas españolas en México. Ante el estado lamentable de la guarnición asediada, una escuadra española llega desde La Habana el 11 de noviembre para intentar socorrer a los sitiados. La escuadra mexicana le sale al paso y, tras unas horas de tensa espera frente a frente, la escuadra española decide regresar a sus bases. Coppinguer y el fuerte quedaban sentenciados. El escorbuto empezaba a diezmar a la tropa española. El 22 de ese mes se decide la capitulación. Punto final al dominio español en México, trescientos seis años después del desembarco de Cortés.
Patio de Armas de la fortaleza.
JOSÉ MARÍA COPPINGER
Era un criollo que había nacido en La Habana en 1773, hijo de padre irlandés y de madre española. Tras seguir su carrera militar, llegó a ocupar varios puestos en la isla cubana antes de ser gobernador de la Florida, en la ciudad de San Agustín, entre 1817 y 1820. El año de 1825 intentó sin éxito una defensa desesperada de la plaza. Vuelto a Cuba, se retiró de la política, falleciendo en su natal Habana en 1888.

Mazmorras.

Dependencias interiores.

UNA HISTORIA PARALELA:
LA FORTALEZA DEL REAL FELIPE, EN EL PUERTO DEL CALLAO, LIMA
Casi al mismo tiempo, en el Perú, el otrora -y recién emancipado- gran virreinato del imperio español, junto al extinto de la Nueva España, en el fuerte del Real Felipe del Callao (Lima), se escribían los últimos días del dominio español en ese bastión.
El Real Felipe se erige hoy como una gran fortaleza-museo en El Callao. También se puede visitar con un guía. Tiene unas dependencias donde se explican las luchas contra los piratas y los demás episodios de la época colonial. El recorrido expone unos carros de combate capturados a los ecuatorianos en la guerra de los años cuarenta del siglo XX. Más adelante recrea episodios de la guerra del Pacífico entre Perú y Chile entre los años 70 y 80 del siglo XIX. El recinto murado se erigió entre 1747 y 1774 para mejor defensa ante ataques a lima desde el mar. Lo inauguró el célebre virrey Amat.
El general español, Ramón Rodil, ignoraba la derrota de Ayacucho y se obstinaba en la resistencia a ultranza. Llegó incluso a ejecutar a los que intentaron la rendición. El 23 de enero de 1826, dos meses después de la caída del mexicano San Juan de Ulúa, caía el peruano Real Felipe.
Ramón Rodil, había nacido en Galicia, en la aldea lucense de Santa María del Trobo, en 1789. Mientras estudiaba Derecho en Santiago de Compostela, hubo de enrolarse en el Batallón de los Literatos contra Napoleón, llamado así por estar compuesto de jóvenes estudiantes. En 1817 embarca rumbo al Perú. En 1826 vuelve a España, ingresando en el Partido Progresista de Espartero y luchando contra los carlistas. Falleció en Madrid en 1853.
CONCLUSIONES
Como puede verse en las entradas expuestas, la emancipación americana fue un largo proceso que no acabará hasta 1898, tras la guerra de España contra Estados Unidos en Cuba, Puerto Rico y Filipinas. En ese siglo XIX, en el reinado de Isabel II, la hija del rey que vió la emancipación hispanoamericana, cuarenta años después, se dieron algunas intervenciones violentas. Ya vimos la guerra del Pacífico, con el bombardeo de Lima en 1866 y ésta intervención de Prim en 1862. Ambas intervenciones se dieron en los dos grandes virreinatos (Nueva España y el Perú), cuna de los dos grandes imperios prehispánicos (aztecas y mayas), sometidos por los dos conquistadores extremeños más famosos (Pizarro y Cortés), ambos con obstinada resistencia española hasta el final casi sincrónico en dos fortalezas marítimas en dos puertos emblemáticos del extinto imperio (Coppinger en Veracruz-Ulúa, en noviembre de 1825 / Ramón Rodil en Lima-El Callao, en enero de 1826), ambas fortalezas testigo de dos presencias españolas en los años 60 del XIX: la fuerza del general Prim y la flota del almirante Méndez Núñez. Muchas similitudes se dieron, desde luego.
LA REANEXIÓN DE LA REPÚBLICA DOMINICANA A ESPAÑA (1861-1865)
No acabaron ahí las aventuras americanas la vieja metrópoli. En esos mismos años 60, en la hoy República Dominicana, volvió entre 1861 y 1865 el dominio español. A fines del siglo XVII la parte occdental de la isla de La Española, el hoy Haití, pasaba a formar parte de Francia. En 1795, tras la derrota española en su guerra contra la Convención francesa, toda la isla pasaba a manos francesas hasta 1808, en que España recuperaba su parte oriental. España mantuvo su control hasta 1821, en que se produce la invasión desde Haití. La experiencia no fue satisfactoria y los dominicanos iniciaron su guerra de independencia, que consiguen en 1844. Ante las amenzas de nuevas invasiones haitianas, se decidió la reanexión a España. Los sectores más nacionalistas se rebelaron y, tras una dura guerra de guerrillas entre 1861 y 1865, consiguen la expulsión de los españoles.
LAS RELACIONES SIGUEN
En 1898 Estados Unidos acababa con los últimos bastiones de España en América: Cuba y Puerto Rico. Cuba quedó como república independiente controlada por Estados Unidos y Puerto Rico como Estado Libre Asociado, una entidad hoy casi en el limbo, ni Estado independiente, ni Estado de la Unión.
¿Se han roto las relaciones? No. Desde la segunda mitad del siglo XIX, ya asentadas las nuevas repúblicas, los españoles volvieron a llegar al Nuevo Continente, pero como inmigrantes, especialmente en el Cono Sur del continente. En el siglo XX, la Cuba independiente siguió sus relaciones y sus lazos culturales con España, ni siquiera rotas en la época franquista. No así entre España y México que hubieron de esperar ambos países hasta la muerte del dictador Franco para volver a su reanudación.
Y, por último, desde los años 90 del pasado siglo XX hasta la actualidad, las relaciones siguen vivas con los flujos de inmigrantes latinoamericanos que residen en España y continúan ese contacto iniciado hace ya más de 500 años y que en estos años celebra su Bicentenario independiente.