LAS CASONAS DE LIMA Y SU ESQUEMA CONSTRUCTIVO
Dedicamos este segundo paseo limeño a las casonas que tanto abundan y le dan la personalidad a este damero cuadriculado del centro de la capital peruana. Espliquemos algo de estos edificios tan caracteristicos, tanto coloniales como republicanos. Las diferencias (no llego aún a ser especialista) creo que se deben a la decoración: dieciochescos y barrocos los españoles, más aburguesados y menos decorados los republicanos, ya del siglo XIX.
Contaban con dos pisos generalmente, con un zaguán y uno o dos patios, seguiendo la distribución de la casa andaluza y española. Al primer patio, en el segundo piso, daban las habitaciones de los señores, la capilla y el comedor, además de un salón de té, de influencia británica, y/o un salón de espejos, de influencia francesa. En el segundo patio se alojaban los criados, y se ubicaban los establos, los almacenes y los garajes de las calesas o carruajes.
Las fachadas tienen unas ventanas enrejadas en el piso bajo, y con balconadas de madera en los pisos superiores. Son una verdadera filigrana esas balconadas, muy decoradas: recordemos el "horror vacui" de los decoradores latinoamericanos en el arte sacro y que se repite en el civil.
En el interior la decoración va evolucionando: mudéjar en los primeros tiempos de la conquista y fundación. Más adelante el barroco se impone y ya, en la independencia, el neoclásico, más geométrico y austero.
Existen muchas de estas casonas limeñas por antonomasia. Aquí solo he podido ver las que más me han llamado la atención y que pude fotografiar. Son tantas, y tan interesantes, que hay que ser residente en Lima para poder conocerlas todas. Eso sin contar las de los barrios fuera del damero. Casa del Oidor, Aspillaga, Pilatos, Aliaga (sobre una huaca o santuario indio, la más antigua de la ciudad, perteneciente aún a los descendientes del segoviano Jerónimo de Aliaga, uno de los trece soldados de Pizarro en la isla del Gallo), casa de La Riva-Agüero, y un largo etcétera que salpican el callejero de la urbe. No es posible fotografiar y estudiar todas para un turista extranjero con el tiempo al cuello.
EL PASEO
Se inicia en la Plaza de Armas, como en el anterior recorrido. Tomamos la calle del Conde de Superunda, dejando el Palacio Presidencial a nuestra derecha. Tras pasar el convento de Santo Domingo, llegamos a la Casa de Osambela u Oquendo (1). Es una genialidad de construcción. Llama la atención su color azul añil, la torreta-observatorio, su portal y, sobre todo, las balconadas de madera. Su fachada es perceptible desde la calle de Cailloma.
Fachada de la Casa de Osambela desde la calle de Cailloma.
Otra toma.
Detalles de una balconada.
Detalles de una balconada.
Patio interior principal.
Torreta-observatorio para divisar el puerto de El Callao.
Martín de Osambela (Valle de Larraún-Navarra, 1754 / Real Felipe de El Callao, 1825). Era un rico comerciante, banquero y empresario español, propietario de una compañía naviera. Sus barcos los vigilaba esde la torreta visible desde la calle. A pesar de abrazar la causa independentista y alojar en su mansión al genral San Matín, el ministro tucumano Monteagudo, inició una persecución de los españoles de la ciudad, por lo que se vio obligado a refugirse en el fuerte del Real Felipe, defendido por el general español Rodil. Allí falleció en 1825 por las duras condiciones del asedio, inclusive aún después de la derrota española de Ayacucho en 1824. A fines del siglo XIX la casoa pasó a manos de la familia Oquendo, nombre también con le denominan algunas guías turnísticas.
LA GRAN CASONA
La prolongación de Huancavelica, tras cruzar Jirón de la Unón y admirar la citada iglesia de la Merced, se llama Miró Quesada (nombre de un gran escrito y periodista de inicios del siglo XX). Cruzamos Carabaya y Lampa, para voltear / girar a la izquierda y tomar Azángaro y llegar al cruce con la calle de Ucayali, donde admiramos dos bellísimas y grandes casonas, una enfrente de la otra. Iniciamos la vista de la Casa Goyeneche (4), que fuese en su tiempo de la acaudalada y empresarial navarra del fines del XVII, en su rama peruana, antes y tras ("luego de", al decir de los peruanos) la independencia. Se construyó en 1770. Tiene una bella portada blanquecina flanqueada por dos grandes blaconadas alargadas que resaltan la casona, hoy sede de un banco. Es de gran calidad, aunque qeda empequeñecida por tener enfrente a la mejor casona de Lima a mi gusto, como la de Osambela: la Casa de Torre Tagle (5).
Detalle de la balconada de Torre Tagle.
Esta casona es hoy sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y difícil de ver por dentro, pues tiene un horario muy especial y restringido. Fue erigida en 1755 como palacio del tesorero de la flota del Pacífico. Este personaje del patriciado limeño y criollo, era de origen cántabro y fiel a la corona española en las guerras de emancipación aunque, según las coyunturas, se pasaba o no al bando libertador. Todo un personaje "veleta" que gira según los vientos. Sin embargo le llegó su caída y, tras llegar a ser presidente del Perú, acabó huyendo de Bolívar y se refugió en el Real Felipe de Rodil con su familia. Murió de escorbuto como tantos de los allí asediados.
Casa Goyeneche.
FINALIZANDO EL PASEO
Volviendo a la calle de Azángaro desde Ucayali, cruzamos Huallaga y Junín, para girar/voltear a la izquierda por el pintoresco Jirón de Áncash, frente a San Francisco. Encontramos el Tribunal Constitucional (6), bien custodiado por policías. Es ya un edificio barroco más austero en decoración, algo anómalo en la arquitectura limeña y latinoamericana en general. Su portada y el color de su fachada recuerda a edificios madrileños del arquitecto Pedro de Ribera.
Tribunal Constitucional.
Casa donde se encuentra el Café Cordano.
Pues aún hay muchas más casas y otras edificaciones interesantes que ver en ese pequeño, pero intenso cuadrado de Lima originaria. Casonas que no logro recordar dónde tomé la foto. La memoria falla cuando se recorre una ciudad llena de edificios interesantes. Dejo ahí unas fotos de casonas sin nombre ni ubicación exacta en el callejero. Fotos también bellas. Si algún lector sabe dónde se encuentran que me haga em favor de comunicarlo.
Torreta-observatorio para divisar el puerto de El Callao.
Martín de Osambela (Valle de Larraún-Navarra, 1754 / Real Felipe de El Callao, 1825). Era un rico comerciante, banquero y empresario español, propietario de una compañía naviera. Sus barcos los vigilaba esde la torreta visible desde la calle. A pesar de abrazar la causa independentista y alojar en su mansión al genral San Matín, el ministro tucumano Monteagudo, inició una persecución de los españoles de la ciudad, por lo que se vio obligado a refugirse en el fuerte del Real Felipe, defendido por el general español Rodil. Allí falleció en 1825 por las duras condiciones del asedio, inclusive aún después de la derrota española de Ayacucho en 1824. A fines del siglo XIX la casoa pasó a manos de la familia Oquendo, nombre también con le denominan algunas guías turnísticas.
Tras seguir por Cailloma, llegamos al Jirón (calle) Ica, que nos lleva al peatonal Jirón de la Unión. El número 2 del plano queda suprimido por un error del que me avisó un blogger limeño amigo. Torcemos-volteamos a la derecha y tomamos Huancavelica, para ver la Casa-Museo de Grau (3), héroe marino en la guerra del Salitre contra Chile a inicios de los años 80 del siglo XIX, y que tan cruel fue contra el pueblo peruano.
Casa Grau.
LA GRAN CASONA
La prolongación de Huancavelica, tras cruzar Jirón de la Unón y admirar la citada iglesia de la Merced, se llama Miró Quesada (nombre de un gran escrito y periodista de inicios del siglo XX). Cruzamos Carabaya y Lampa, para voltear / girar a la izquierda y tomar Azángaro y llegar al cruce con la calle de Ucayali, donde admiramos dos bellísimas y grandes casonas, una enfrente de la otra. Iniciamos la vista de la Casa Goyeneche (4), que fuese en su tiempo de la acaudalada y empresarial navarra del fines del XVII, en su rama peruana, antes y tras ("luego de", al decir de los peruanos) la independencia. Se construyó en 1770. Tiene una bella portada blanquecina flanqueada por dos grandes blaconadas alargadas que resaltan la casona, hoy sede de un banco. Es de gran calidad, aunque qeda empequeñecida por tener enfrente a la mejor casona de Lima a mi gusto, como la de Osambela: la Casa de Torre Tagle (5).
Casa de Torre Tagle.
Detalle de la balconada de Torre Tagle.
Esta casona es hoy sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y difícil de ver por dentro, pues tiene un horario muy especial y restringido. Fue erigida en 1755 como palacio del tesorero de la flota del Pacífico. Este personaje del patriciado limeño y criollo, era de origen cántabro y fiel a la corona española en las guerras de emancipación aunque, según las coyunturas, se pasaba o no al bando libertador. Todo un personaje "veleta" que gira según los vientos. Sin embargo le llegó su caída y, tras llegar a ser presidente del Perú, acabó huyendo de Bolívar y se refugió en el Real Felipe de Rodil con su familia. Murió de escorbuto como tantos de los allí asediados.
Casa Goyeneche.
FINALIZANDO EL PASEO
Volviendo a la calle de Azángaro desde Ucayali, cruzamos Huallaga y Junín, para girar/voltear a la izquierda por el pintoresco Jirón de Áncash, frente a San Francisco. Encontramos el Tribunal Constitucional (6), bien custodiado por policías. Es ya un edificio barroco más austero en decoración, algo anómalo en la arquitectura limeña y latinoamericana en general. Su portada y el color de su fachada recuerda a edificios madrileños del arquitecto Pedro de Ribera.
Tribunal Constitucional.
Más adelante, siguiendo el Jirón/Calle de Áncash, llegamos a la esquina con Carabaya, antigua calle de Pescaderías, de la época virreinal, por la que dejamos a un lado Desamparados y el Palacio Presidencial y llegar de nuevo a la Plaza de Armas, principio y final de nuestro paseo. Antes podemos visitar y reponer fuerzas en el Café de Cordano (7), auténtico establecimiento tradicional limeño, lugar frecuentado por políticos e intelectuales. El primer día que entré me pareció estar en un café típico español del sur peninsular. Un retrato del mítico torero español Manolete vigila las mesas de los clientes. Hasta la mala leche de sus camareros es similar a la de sus colegas hispanos.
Entrada al Café Cordano.
Casa donde se encuentra el Café Cordano.
Pues aún hay muchas más casas y otras edificaciones interesantes que ver en ese pequeño, pero intenso cuadrado de Lima originaria. Casonas que no logro recordar dónde tomé la foto. La memoria falla cuando se recorre una ciudad llena de edificios interesantes. Dejo ahí unas fotos de casonas sin nombre ni ubicación exacta en el callejero. Fotos también bellas. Si algún lector sabe dónde se encuentran que me haga em favor de comunicarlo.
Anónimo y encantador hotelillo en edificio histórico, cerca del Cordano, pero sin saber dónde exactamente ubicarlo.