lunes, 17 de agosto de 2009

MACHU PICHU, PARAJE DE ENSUEÑO

Viajar a la vecina población de Aguas Calientes es el complemento de cualquier viaje a Cuzco. La verdad es que el descubrimiento del arqueólogo norteamericano Hiram Bigham (1875-1956) fue un azar afortunado, haciendo del lugar un templo del turismo mundial. El hallazgo fue en 1911 guiado el arqueólogo de un agricultor de la zona. Desde 1983 es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Nunca fue hallado por los españoles tras su abandono y completo misterio hasta 1911. Bigham encontró objetos de todo tipo, destacando sobre todo la gran cantidad de restos humanos femeninos sobre los masculinos. Tras visitar las ruinas hay que disfrutar del entorno natural, de gran belleza esta "ceja" de la selva, la cual se adivina no muy lejana, allá en la región de Madre de Dios y su capital Puerto Maldonado. Se toma un ferrocarril para llegar al lugar y, desde allá, se toma un minibús a las ruinas, lugar de disfrute del paseo didáctico.
El tren de Aguas Calientes, que sale de la estación de Poroy, cerca de Cuzco.
Monumento a Pachacútec, en Aguas Calientes.
La población no tiene interés en sí, es un conjunto de hoteles y mercadillos para turistas. Es posible darse un buen baño en "aguas calientes" y relajarse. Luego tomar un buen menú y esperar la subida a las ruinas.

Al llegar a Machu Pichu en minibús, se pueden admirar profundas gargantas como esta. Abajo, a la derecha, se encuentra Aguas Calientes.

El Huayna Pichu (Monte Nuevo).
Es posible subirlo para los que no padecen de vértigo. Las vistas deben ser espectaculares. El de la foto no se atrevió a subirlo por falta de tiempo (ya no está para batir récords de montañismo).


El verdadero Machu Pichu (Monte Viejo).

La foto típica del conjunto arqueológico: ¿quién no la ha visto en libros de texto, folletos turísticos, reportajes de prensa, etc?

Típico habitante del lugar.

Ruinas y ventanas del santuario.

El guía, de muy buen nivel y verdadero profesional, enseñando una comparación de una foto con un dibujo que asemeja un cóndor.
Tras la visita y vuelta a Aguas Calientes, la estación de Poroy y Cuzco, le esperan al visitante en los próximos días, las ruinas del Valle Sagrado, todo un placer y reto para los amantes de la arqueología y la historia en general
Expondré en próximas entradas: el Valle Sagrado, Arequipa, el Colca y, como colofón, Lima y el constructivo, amable y divertido encuentro con los blogers peruanos.

3 comentarios:

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Peazo de viaje te has pegado... lo de asemejar la planta de la ciudad con el condor me parece un poco cogido con alfileres, pero eso no quita espectacularidad al entorno. La verdad es que es todo un misterio el que esa ciudad permaneciera oculta tantos siglos, supongo que su fin no tuvo que estar muy lejano a la conquista ya que de otra manera se hubiera sabido tarde o temprano... pienso yo

Cayetano dijo...

Y al llegar a las ruinas del Machu Pichu se debe producir esa sensación de mezcla de lo recordado por fotos y folletos más la sensación nueva de estar viendo las cosas en directo. Como cuando uno va por primera vez a París y posa al lado de la Tour Eiffel.
¿Qué tal allí el "mal de altura"?
Por cierto, entre dos fotos has puesto "Típicos habitantes del lugar". Puede dar lugar a conjeturas...Jeje.
Un saludo.

Juan dijo...

Pues se cree que no llegó a concluirse al llegar los castellanos. De todas formas el misterio sigue ahí, de hecho el arqueólogo norteamericano tituló su libro: "El misterio de los incas". Pues el mal de altura lo sufrí al llegar a Cuzco por ser un bruto impaciente y con ganas de callejear sin oír los consejos de los guías de Cuzco. Tuve soroche a base de bien. De los habitantes del lugar, la imaginación es libre jajajaja.
Saludos