domingo, 20 de septiembre de 2009

EL ASEDIO A MELILLA EN 1774-1775

Entre el 9 de diciembre de 1774 y el 19 de marzo de 1775, la plaza de Melilla sufrió su mayor asedio de los varios que tuvo a lo largo de su historia. Un ejército de treinta o cuarenta mil soldados marroquíes y guerreros rifeños, con el sultán de la dinastía Alahuí, muley Mohamed III en persona, atacaron con buena artillería y minas, las fortalezas españolas durante algo más de tres meses.

Carlos III envió refuerzos por mar al mando del brigadier irlandés Juan Sherlock. La Armada bombardeó con contundencia las baterías marroquíes, las cuales tuvieron que retirarse del bombardeo directo de la plaza. Incluso la jaima del muley tuvo que alejarse ante el alcance de los bombardeos de los buques españoles. También un grupo de confidentes rifeños pasaban cada noche las líneas de fuego e informaban al mando español. Los defensores españoles fueron 3.600 entre soldados y presos desterrados. Sufrieron unos cien muertos. La defensa fue tan tenaz, que el sultán hubo de renunciar a la conquista y retirase.

Grabado del asedio a Melilla.
La Armada influyó decisivamente en la defensa, con víveres y cañoneo constante desde la costa.

Plano de la ciudad vieja con sus monumentos.

Panorámica de la ciudad vieja. Murallas melillenses.

Los principales protagonistas del asedio:
Mariscal John Sherlock (Irlanda, 1705-Sanlúcar de Barrameda, 1794). Nacido en una familia católica y nacionalista irlandesa. Se refugió en España con su familia. Formó parte del Regimiento Ultonia, formado por voluntarios irlandeses al servicio de la Corona española desde la Guerra de Sucesión. Carlos III le destinó expresamente.
Mariscal de Campo Juan Caballero Arigorri (Italia, 1713-Valencia, 1791). Militar e ingeniero especialista en fortalezas miltares. Su sistema de minas y contraminas logró neutralizar con éxito los bombardeos marroquíes.
Baltasar Hidalgo de Cisneros (Cartagena, 1755-1829). En este asedio era un joven marino ue participó en las operaciones navales. Más tarde llegó a ser almirante y virrey en el Río de la Plata, combatiendo a los emancipadores sudamericanos.
También estuvo en el asedio el viajero y aventurero italiano al servicio de España: Alejandro Malespina (Toscana, 1754-1809). Nada más llegar a España como marino de la Armada, participó en el auxilio en 1795. Más adelante estuvo en el asedio fallido de Gibraltar en 1782. De julio de 1789 a septiembre de 1793 hizo su famosa expedición por los territorios españoles de ultramar. Arrestado en 1796, en 1802 vilvió a Italia, donde fallece.

Calle de la Melilla vieja.


Edificio modernista de principios del siglo XX, de los muchos que dominan la ciudad y le dan su personalidad.

Melilla tiene una larga historia. Fundada por los fenicios con el nombre de Rusadir, tras la época romana, pasa a manos musulmanas. En el siglo X aparece ya con su nuevo nombre Melilla. El duque de Medina Sidonia, en 1497, ante los focos piratas, envía a Pedro de Estopiñán, el cual la anexiona a la casa ducal. Melilla pasará a la corona española en 1556. Sufrió varios asedios la plaza que fue un presidio de presos politicos sobre todo. Tras la guerra de 1859-1861 en Ceuta, el general O`Donnell amplió los territorios colindantes, que son los de la actualidad. En 1893 hubo una guerra rápida que costó la vida al general Margallo.
Pero en la primera mitad del siglo XX es cuando la ciudad tendrá una historia muy intensa. En 1909, se produce le desastre del Barranco del Lobo a las puertas de Melilla, a las faldas del monte Gurugú, que domina la ciudad. En esos años se construye su excelente ciudad modernista, donde trabajan importantes arquitectos formados en el modernismo tan de moda por aquellos años. Pero también se inserta su historia en la nefasta ocupación del llamado Protectorado español de Marruecos. Asiste horrorizada al desastre de Annual en julio de 1921, donde la reitarada desastrosa, con matanza de soldados españoles, dejó la ciudad desguarnecida ante los exaltados riefeños de Abd el Krim.

Vista panorámica de la Ciudad Autónoma de Melilla.
En la parte inferior de la foto se aprecia el recinto amurallado, en contraste con el ensanche modernista de las primeras décadas del siglo XX.
Recomiendo consultar mi entrada del blog, con fecha de 20 de marzo de 2009, en la que expongo varias fotos sacadas de Internet. También para poder hacer una visita completísima de la ciudad, con sus monumentos modernistas e itinerarios bien señalados, es excelente el libro: Melilla, de Antonio Bravo Nieto, Editorial Everest, León, 2002.

7 comentarios:

Cayetano dijo...

Citas dos tristes efemérides en nuestra historia, quizás las más conocidas y emblemáticas de la guerra de España contra Marruecos, la de la matanza del "Barranco del Lobo", que dio lugar a la Semana Trágica de Barcelona en 1909, por la rebelión ciudadana ante la leva masiva de mozos con poco poder adquisitivo que no podían librarse de la movilización, y la del desastre de Annual en el 21, frente a Abd el Krim y que dio lugar indirectamente a la dictadura de Primo de Rivera.
Sobre la primera hice una entrada hace tiempo:

http://latinajadediogenes.blogspot.com/search/label/La%20Semana%20Tr%C3%A1gica%20de%20Barcelona

Un saludo.

Juan dijo...

Las dos efemérides son terribles, sobre todo la segunda. Ambas fueron el tributo a apagar por la estupidez del imperialismo español de andar por casa. Se pagó muy caro. Y hubo muchas más muertes en esa campaña de África, lo que pasa es que se taparon, por ejemplo la matanza tras la retirada de Xauen, que fue tan grande el desastre, o peor, que el de Annual, un año después. También fue muy duro el desembarco de Alhucemas en septiembre de 1925. Pero bueno, eso es otra historia, aquél asedio de 1774-75 estaba muy lejos aún de los años del Protectorado.
Saludos Cayetano y buen curso tengas y pases primer buena tarde de domingo víspera de las clases.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Fue un error de bulto tratar de asediar una ciudad marítima sin una armada capaz de bloquear el puerto. Parezco un analista militar... jejejeje...

Saludos, ;)

Juan dijo...

Los rifeños son tercos, se creen que por tener más empuje van a ganar siempre. Los conozco bien y son así, y claro, la armada les dió con contundencia. Aún quedaban años de alegría marítima antes de Trafalgar.
Saludos.

Arturo Gómez dijo...

Hola Juan. Esta entrada me trae a la memoria la obstinada resistencia del general Ramón Rodil en la fortaleza del Real Felipe del Callao (1824-1826). Lo malo es que este español fue muy cruel con los que deseaban capitular.

Juan dijo...

Esa historia del Real Felipe la oí de una guía que lo enseñaba. La verdad es que me deja algo escamado. No creo que matase a todos los qe deseaban desertar. Si fuesen mayoría le hubiesen parado los pies a Rodil. De todas formas, en TODOS los ejércitos está penadísima la deserciónn acto de guerra y más en esa época. Creo que si Bolívar hubiese tenido desertores hubiese actuado de igual forma. Rodil, al volver a la península se afilió a los liberales contra los carlistas.
Si os rifeños hubiesen accedido a la rendición, hubiesen sido ejecutados o tomados co esclavos, pues esa suerte siguieron los otros enclaves españoles (Arcila, Larache)tomados por los marroquíes.
Un saludo Arturo.

Anónimo dijo...

Creo que se olvidaron de un héroe en la defensa de Melilla, Don Francisco de Miranda.