jueves, 9 de septiembre de 2010

LA AVENTURA MEXICANA DEL GENERAL PRIM (I): MÉXICO A MEDIADOS DEL SIGLO XIX

El 10 de diciembre de 1861 un contingente de 6.000 soldados españoles al mando del general Gasset, transportados por la flota del almirante Gutiérrez de Rubalcaba, desembarcaban en la ciudad de Veracruz. El hecho no era nuevo. En ese mismo lugar desembarcó la expedición de Juan de Grijalva en 1518. Un año después lo hacía Cortés. En noviembre de 1825 se rendía la guarnición española en San Juan de Ulúa, fortaleza frente a la ciudad veracruzana.
Habían pasado trescientos cuarenta y tres años desde los desembarcos de Grijalva y Cortés; y treinta y seis desde la última resistencia española ante la independencia de México. El general Prim desembarcaba en enero, siendo aclamado en la ciudad.
JUAN PRIM Y PRAST

MÉXICO Y ESPAÑA A MEDIADOS DEL SIGLO XIX

Sobre la situación de España me remito a las entradas anteriores sobre la guerra contra Perú. La naciente República Mexicana, nacida en 1823, tras la independencia de España en septiembre de 1821 y el efímero Imperio de Agustín de Iturbide, vivía al igual que los demás países hispanoamericanos unos años violencia y guerras civiles previos a su definitiva consolidación. El desplazamiento de las viejas oligarquías criollas no se había producido. Dos grandes formaciones políticas pugnaban por el control del Estado: los conservadores y los federalistas. Los primeros eran defensores del catolicismo y el orden colonial renovado. Los segundos portaban el anticlericalismo y la consolidación de la revolución burguesa como estandartes.


Esta violenta coyuntura histórica fue aprovechada por los Estados Unidos para arrebatar Texas en 1845 y, aprovechando su victoria aplastante, al firmarse la paz en 1848, consiguió embolsarse los actuales Estados yankees de California, Arizona, Nuevo México, Colorado, Nevada y Utah. Santa Ana quedaba derrotado y los federales iban a sacar provecho.
En 1854 se dió el Plan de Ayutla por el que se emulaba la desamortización eclesiástica española de Mendizábal y se buscaba, además, la separación de la Iglesia y el Estado. Cuantiosas y ricas tierras estaban en el punto de mira de la burguesía radical y fueron confiscadas.
En 1857, reunidos los reformadores en la ciudad de Querétaro, aceptaban al indígena oaxaqueño Benito Juárez como presidente del país. Se proclamaba una nueva Constitución. Los conservadores no se iban a quedar cruzados de brazos y daban un golpe de estado iniciándose la llamada Guerra de La Reforma (1858-1861).
Los conservadores estaban apoyados por España, Francia y Gran Bretaña y eran dirigidos por Miguel Miramón. Los reformistas, por su parte, tenían el apoyo de Estados Unidos y eran dirigidos por Juárez.
Hasta diciembre de 1860 tuvieron el poder los conservadores, mes en el que los federales derrotaban a Miramón entrando en la Ciudad de México, empujando a los conservadores a la guerra de guerrillas.
Esta anarquía crónica originaba una cuantiosa deuda con los países europeos mencionados, especialmente con España. Con el gobierno conservador España estaba negociando el pago, pero tras la victoria reformista el presidente Juárez expulsó al embajador español en enero de 1861 y se negaba al pago de dicha deuda. Al tiempo se daban actos de violencia contra los residentes españoles y la expropiación consiguiente de sus bienes durante los siguientes meses.
Los tres estados europeos afectados por el impago y aprovechando la inminente guerra civil de Estados Unidos y la inhibición de los mismos ante la posible intervención conjunta anglo-franco-española, firmaron un Tratado en Londres (octubre de 1861). En su artículo 2º se especificaba claramente que ninguna de las partes buscaba una anexión territorial, sino ocupara varios puertos mexicanos para asegurarse el pago.
La guerra estaba servida.

14 comentarios:

Cayetano dijo...

España y sus decadentes sueños imperiales de la época isabelina (o isabelona) Un gasto más para los agujereados bolsillos de los españoles y un quebradero más de cabeza para los sufridos amigos del otro lado del charco.
Veo, amigo Juan, que vienes inspirado de tierras mexicanas.
Un saludo.

CAROLVS II, HISPANIARVM ET INDIARVM REX dijo...

Amigo Juan un placer verte de nuevo por aquí con estas interesantísimas entradas dobre las aventuras coloniales de la España isabelina que tan poco conocidas son para el gran público. Ya llevamos Perú y empieza México, supongo que en el futuro irá cayendo Indochina, Santo Domingo, Marruecos...

Un saludo.

Juan dijo...

Hola Cayetano, pues sí, el viaje fue una maravilla en todos los aspectos. Acabé borracho perdido de tanto barroco y de tanta arqueología prehispánica, pero aprendí mucha historia y mucha geografía.

Juan dijo...

Hola Señor Rey, pues sí, ahora me toca algo de México. De la República Dominicana aún no sé nada, pues no la dí en la Facultad. De Indochina menos aún. Pero de Marruecos ya iré publicando algo de la campaña de Ceuta, pues ese país vecino sí lo conozco en persona como los dos anteriores. Eso sí solo conozco el norte, el viejo protectorado español y Fez.
Saludos y gracias por tu comentario.

Anónimo dijo...

Hola Juan, soy Eduardo de Torrelaguna, espero lo pasaras bien en tus vacaciones.
Me alegrado tu nueva entrada en el blog de la que algo conocía como ya sabes, pero menos que tu.
Comentarte que las últimas tropas españolas que resistieron en San Juan de Úlua en la anterior guerra de independencia mexicana de España, fue un batallón de pardos y morenos que eraq como se conocía a estas tropas compuestas por negros y mulatos de Cuba.
Un saludo

Juan dijo...

Muchas gracias Eduardo por tu comentario, San Juan de Ulúa es un baluarte muy interesante en plena restauración. Lo malo es el calor asfixiante que hace en Veracruz. A ver si cuando avance el otoño y haga menos calor, me acerco a Torrelaguna. Saludos.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Los primeros años de Mexico como país fueron tremendos... se tiraron casi todo el XIX de revuelta en revuelta de revolución en revolución que normalmente solo servían para cambiar el nombre del tirano de turno...

Juan dijo...

Hola José Luis, espero hayas pasado un buen verano. En efecto, la gran desgracia de México es como el resto de América Latina: independencia de criollos, no de indios, neocolonialismo a manos de USA y algunas naciones europeas, revoluciones fallidas con baños de sangre nada más y neoliberalismo actual y persistencia del tercermundismo. La alternativa ya la vemos: Fideles, Hugos Chávez, morales, etc, etc.
Saludos.

Mai Puvin dijo...

¡Qué placer descubrirte! En breve postearé,(en mi blog sobre libros) un trabajo de investigación donde la bendita España tiene el protagonismo conocido en América, pero desde otra mirada y muy documentado. Geopolítica y relaciones económicas del 1400 al 1700 más o menos. ¡Inédito!

Abrazos.

Lenny

Juan dijo...

Bienvenida al blog amiga Lenny, muchas gracias por leerlo y encantado que te guste. Espero me informes de ese libro sibre las relacioens de España con hispaonamérica que me interesa mucho.
Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Fantástico texto como siempre, especialmente necesario el Plan de Ayutla. Bienvenido de nuevo ;)

Saludos,
Luis

Juan dijo...

Caramba Luis, muy contento de que te guste el texto. Ya iré poniendo cosas de este tema.
Saludos.

Freddy Gómez dijo...

Muy interesante tema Juan. Estoy impaciente por la continuación.

Un abrazo desde Lima.

Juan dijo...

Okey don Arturo ya está en marcha la segunta parte.
Saludos desde Madrid.