viernes, 1 de octubre de 2010

LA AVENTURA MEXICANA DEL GENERAL PRIM (y V): SAN JUAN DE ULÚA

La fortaleza de San Juan de Ulúa domina en el horizonte de Veracruz. En ese mismo lugar ya dijimos que desembarcaron Juan de Grijalva (1518) y Cortés (1519). Paradógicamente, también aquí tuvo lugar la última resistencia española en México (1825). Un lugar muy emblemático por tanto de la América virreinal, era ese en el que volvía una fuerza española en 1861 al mando del general Gasset y ya en 1862, del genral Prim. Primer y último lugar del dominio español en el actual México. Una historia paralela con la fortaleza limeña del Real Felipe de El Callao. De este tema trataremos en esta última entrada de esta serie. Las fotos se agrandan con un clic.


San Juan de Ulúa, frente a Veracruz.
Evolución de la fortaleza según los paneles informativos de la entrada al recinto, hoy ya museo.
Maqueta de San Juan de Ulúa en el Museo Naval de Veracruz, en el que se exponen las demás fortificaciones y baluartes a lo largo de todo el país.
La visita puede ser guiada o no, según se prefiera. En el verano de 2010 estaba en total restauración ante los eventos del centenario de la emancipación de los siguientes once años. Se recorren las murallas, los diferentes baluartes, el patio de armas del interior y los túneles o cuevas quye sirvieron de mazmorras tras su uso militar en el siglo XIX. Aquí estuvo encarcelado Benito Juárez.

Baluates defensivos exteriores de refuerzo al fuerte.

Acceso al fuerte. Torre vigía.
EL FINAL DEL VIRREINATO DE LA NUEVA ESPAÑA Y LA CONSUMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO
Tras la capitulación del fuerte de Acapulco, la proclamación del imperio de Iturbide y el nacimiento del México independiente, el 27 de septiembre de 1821, estando la vieja metrópoli en plenas luchas entre absolutistas y liberales y acusando el paréntesis en el reinado de Fernando VII de 1820-23 (Trienio Liberal), el puerto de Veracruz aún continuaba en manos españolas. Sin embargo el general peninsular José María Dávila se vio obligado a abandonar dicha ciudad el 26 de octubre de ese año de 1821, refugiándose en San Juan de Ulúa.
CAÍDA DE SAN JUAN DE ULÚA
Un año después, el 26 de octubre de 1822, el brigadier Francisco de Leumaur reemplaza a Dávila en el mando del fuerte. El día 27 bombardeaba Veracruz, que estaba al mando del general mexicano Santa Ana. Al siguiente año, el 21 de septiembre de 1823, quedaba sitiado por tierra el recinto. Leumaur volvió a bombardear Veracruz el día 25, ocasionando una sangría. Los mexicanos comprendieron que la única forma de tomar San Juan era comprando una flota armada. La adquisición fue primero en Estados Unidos y, posteriormente, en Gran Bretaña.
El 28 de enero de 1825 José Coppinger releva a Leumaur. Éste sería el último defensor de las tropas españolas en México. Ante el estado lamentable de la guarnición asediada, una escuadra española llega desde La Habana el 11 de noviembre para intentar socorrer a los sitiados. La escuadra mexicana le sale al paso y, tras unas horas de tensa espera frente a frente, la escuadra española decide regresar a sus bases. Coppinguer y el fuerte quedaban sentenciados. El escorbuto empezaba a diezmar a la tropa española. El 22 de ese mes se decide la capitulación. Punto final al dominio español en México, trescientos seis años después del desembarco de Cortés.
Patio de Armas de la fortaleza.
JOSÉ MARÍA COPPINGER
Era un criollo que había nacido en La Habana en 1773, hijo de padre irlandés y de madre española. Tras seguir su carrera militar, llegó a ocupar varios puestos en la isla cubana antes de ser gobernador de la Florida, en la ciudad de San Agustín, entre 1817 y 1820. El año de 1825 intentó sin éxito una defensa desesperada de la plaza. Vuelto a Cuba, se retiró de la política, falleciendo en su natal Habana en 1888.

Mazmorras.

Dependencias interiores.

UNA HISTORIA PARALELA:
LA FORTALEZA DEL REAL FELIPE, EN EL PUERTO DEL CALLAO, LIMA
Casi al mismo tiempo, en el Perú, el otrora -y recién emancipado- gran virreinato del imperio español, junto al extinto de la Nueva España, en el fuerte del Real Felipe del Callao (Lima), se escribían los últimos días del dominio español en ese bastión.
El Real Felipe se erige hoy como una gran fortaleza-museo en El Callao. También se puede visitar con un guía. Tiene unas dependencias donde se explican las luchas contra los piratas y los demás episodios de la época colonial. El recorrido expone unos carros de combate capturados a los ecuatorianos en la guerra de los años cuarenta del siglo XX. Más adelante recrea episodios de la guerra del Pacífico entre Perú y Chile entre los años 70 y 80 del siglo XIX. El recinto murado se erigió entre 1747 y 1774 para mejor defensa ante ataques a lima desde el mar. Lo inauguró el célebre virrey Amat.
El general español, Ramón Rodil, ignoraba la derrota de Ayacucho y se obstinaba en la resistencia a ultranza. Llegó incluso a ejecutar a los que intentaron la rendición. El 23 de enero de 1826, dos meses después de la caída del mexicano San Juan de Ulúa, caía el peruano Real Felipe.
Ramón Rodil, había nacido en Galicia, en la aldea lucense de Santa María del Trobo, en 1789. Mientras estudiaba Derecho en Santiago de Compostela, hubo de enrolarse en el Batallón de los Literatos contra Napoleón, llamado así por estar compuesto de jóvenes estudiantes. En 1817 embarca rumbo al Perú. En 1826 vuelve a España, ingresando en el Partido Progresista de Espartero y luchando contra los carlistas. Falleció en Madrid en 1853.
CONCLUSIONES
Como puede verse en las entradas expuestas, la emancipación americana fue un largo proceso que no acabará hasta 1898, tras la guerra de España contra Estados Unidos en Cuba, Puerto Rico y Filipinas. En ese siglo XIX, en el reinado de Isabel II, la hija del rey que vió la emancipación hispanoamericana, cuarenta años después, se dieron algunas intervenciones violentas. Ya vimos la guerra del Pacífico, con el bombardeo de Lima en 1866 y ésta intervención de Prim en 1862. Ambas intervenciones se dieron en los dos grandes virreinatos (Nueva España y el Perú), cuna de los dos grandes imperios prehispánicos (aztecas y mayas), sometidos por los dos conquistadores extremeños más famosos (Pizarro y Cortés), ambos con obstinada resistencia española hasta el final casi sincrónico en dos fortalezas marítimas en dos puertos emblemáticos del extinto imperio (Coppinger en Veracruz-Ulúa, en noviembre de 1825 / Ramón Rodil en Lima-El Callao, en enero de 1826), ambas fortalezas testigo de dos presencias españolas en los años 60 del XIX: la fuerza del general Prim y la flota del almirante Méndez Núñez. Muchas similitudes se dieron, desde luego.
LA REANEXIÓN DE LA REPÚBLICA DOMINICANA A ESPAÑA (1861-1865)
No acabaron ahí las aventuras americanas la vieja metrópoli. En esos mismos años 60, en la hoy República Dominicana, volvió entre 1861 y 1865 el dominio español. A fines del siglo XVII la parte occdental de la isla de La Española, el hoy Haití, pasaba a formar parte de Francia. En 1795, tras la derrota española en su guerra contra la Convención francesa, toda la isla pasaba a manos francesas hasta 1808, en que España recuperaba su parte oriental. España mantuvo su control hasta 1821, en que se produce la invasión desde Haití. La experiencia no fue satisfactoria y los dominicanos iniciaron su guerra de independencia, que consiguen en 1844. Ante las amenzas de nuevas invasiones haitianas, se decidió la reanexión a España. Los sectores más nacionalistas se rebelaron y, tras una dura guerra de guerrillas entre 1861 y 1865, consiguen la expulsión de los españoles.
LAS RELACIONES SIGUEN
En 1898 Estados Unidos acababa con los últimos bastiones de España en América: Cuba y Puerto Rico. Cuba quedó como república independiente controlada por Estados Unidos y Puerto Rico como Estado Libre Asociado, una entidad hoy casi en el limbo, ni Estado independiente, ni Estado de la Unión.
¿Se han roto las relaciones? No. Desde la segunda mitad del siglo XIX, ya asentadas las nuevas repúblicas, los españoles volvieron a llegar al Nuevo Continente, pero como inmigrantes, especialmente en el Cono Sur del continente. En el siglo XX, la Cuba independiente siguió sus relaciones y sus lazos culturales con España, ni siquiera rotas en la época franquista. No así entre España y México que hubieron de esperar ambos países hasta la muerte del dictador Franco para volver a su reanudación.
Y, por último, desde los años 90 del pasado siglo XX hasta la actualidad, las relaciones siguen vivas con los flujos de inmigrantes latinoamericanos que residen en España y continúan ese contacto iniciado hace ya más de 500 años y que en estos años celebra su Bicentenario independiente.

18 comentarios:

MariCarmenblogs.com dijo...

Muy buena entrada!

Cayetano dijo...

Muy buena entrada llena de espléndidas fotos de nuestro cronista especial del Nuevo Mundo.
En efecto, hasta 1898 ni los políticos ni los ciudadanos se mentalizaron de que el imperio de las Américas estaba perdido del todo. Por eso, el pesimismo que vino tras la bofetada de cruda realidad que impuso la pérdida de Cuba, se adueñó de nuestra cultura dando lugar, no hay mal que por bien no venga, a una espléndida generación rebosante de creatividad, pero llena también de pesimismo, muy alejada de idealismos y ensoñaciones anteriores.
Un saludo.

CAROLVS II, HISPANIARVM ET INDIARVM REX dijo...

Juan gracias por traernos esta entrada tan completa...el proceso emancipador de la América Hispana fue algo mucho más complejo de los que se cuenta en los manuales de historia y merece ser tratado en profundidad como bien has hecho...España durante todo el reinado de Isabel II se negó a reconocer tales independencias y como extravagantes intervenciones como la de México intentó seguir manteniendo su dominio en la zona, algo que consiguió de una u otra manera hasta 1898...

...espero que en el futuro puedas profundizar más en el tema de la Rep. Dominicana y de la Guerra Hispano-Norteamericana así como en el colonialismo decimonónico español en el Pacífico (Islas Carolinas)...así como el desarrollo de las colonias de las Filipinas, Marianas, Palaos, etc...

Un saludo.

Juan dijo...

Encantado de que te gusten mis entradas Mari Carmen. Espero ir algún día a concer tu país, Colombia, sobre todo Cartagena de Indias.

Juan dijo...

Pues sí, Cayetano, seguro que aquella sociedad española de 1898 debió de quedarse muda ante el "palo" dado popr los yankees. De todas formas, leyendo prensa de aquel 98, el español medio vivía de espaldas a América y apenas le afectó. Si a eso unimos los capitales repatriados, la separación de Cuba fue una liberación, aunque nacía otra pesadilla: Marruecos.
Saludos Cayetano.

Juan dijo...

Difícil encargo me fía su majestad. Esas entradas de Santo Domingo o Filipinas son difíciles porque las que he escrito de México y el Perú me documento "in situ" y me compro libros en esos países. Hoy por hoy no tengo proyectado viajar a Santo Domingo o Filipinas. ¡Ya me gustaría a mí poder viajar a esos archipiélagos del Pacífico!
Un saludo y muchas gracias por sus comentarios en general tan bien elaborados.

desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...

Igual que los mexicanos comprendieron que era preciso comprar barcos para lograr su independencia y los buscaron en los Estados Unidos y en Inglaterra, también España, muy diezmada navalmente, hizo lo propio, al menos su ministro de marina. Era necesario comprar buques para el envío de tropas y la defensa de las posesiones amenazadas. Desgraciadamente, la corrupción imperante, la lucha contra el absolutismo fernandino y los intereses de ciertos grupos conspiradores, que creando conflictos en España favorecían a los independentistas americanos, lo impidieron. Peor aún propiciaron la compra a Rusia de una escuadra de buques con los cascos podridos que no sirvió más que para llenar algunos bolsillos.
Interesante, como los anteriores capítulos. Las fotografías, además, invitan a ir allí a conocer aquellos lugares. Me gusta escribir sobre Historia, lo hago en mi blog, pero también aprender de lo que menos sé, y éste es un buen lugar para esto último. Saludos.

Juan dijo...

Hola DLT, muchas gracias por tus comentarios y encantado de que te sirvan de algo mis entradas.
Sobre Fernando VII y su reinado, poco que decir. Literalmente de asco en todos los aspectos y ese de la flota rusa ya rayaba el ridículo internacional.
Sobre las fotos pues sí, es el mejor documento que saqué de allá. Esos parajes tan estupendos y la amabilidad de sus gentes no tienen precio.
Saludos desde Madrid a Valencia.

Duncan de Gross dijo...

Muy buena entrada, el dato de la fortaleza peruana lo desconocía totalmente.

desdelaterraza-viajaralahistoria dijo...

Gracias por tu visita y comentario. Así es, el cardenal Ram, fue obispo de Huesca y participó en el Compromiso de Caspe. Su familia, de procedencia aragonesa, tuvo casa en Morella, que ahora es un hotel. Me agrego como seguidor y enlazo en mi blog tus actualizaciones. Hasta pronto.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible... e intentar mantener todo aquello fue un suicidio... afortunadamente como bien indicas, los lazos culturales no se rompieron de forma traumática.

Juan dijo...

Hola Duncan de Gros. Bienvenido al blog. El tuyo es muy interesante también, me interesa mucho Extremadura, pues tengo ancestros de allá.
Saludos.

Juan dijo...

DLT, muchas gracias por la información que me das sobre el cardenal Ram.

Juan dijo...

Hola José Luis, pues sí fue un sacrificio inútil aquél de empecinarse en la resistencia a ultranza. El imperio estaba ya condenado a muerte desde el siglo XVIII. Lo único que quedaba a España eran dos opciones:
Una, en el siglo XVIII o inicios del XIX haber pactado con los criollos la independencia amistosa, pero eso era muy difícil de pedir a Godoy o Carlos IV.
Y dos, con las nuevas repúblicas haberlas reconocido y seguir las relaciones diplomáticas pero, claro, eso era imposible de comprender por Fernando VII, pero no tanto ya de los gobiernos liberales posteriores. Hasta finales del XIX y, en especial desde el palo que nos dió el Tío Sam, no se iniciaron de verdade sas relaciones diplomáticas y sociales ante la emigración masiva de españoles a las Américas.
Saludos.

Freddy Gómez dijo...

Hola Juan. Te cuento que en San Juan de Ulua murió el limeño Melchor de Talamantes, precursor de la Independencia de México. Tus fotos me hicieron imaginar a mi paisano recorriendo sus pasajes y engrilletado en su mazmorras, antes de fallecer en 1809.

Un abrazo.

J. Eduardo V. G. dijo...

Hola Juan, comentarte una curiosa coincidencia, cuando me hize seguidor de tu blog estaba buscando información sobre Matias Vinuesa, "El cura de Tamajón" por la red y esta me llevó a tu blog, pues bien decirte que no se si lo sabrás durante esta guerra franco-mexicana se publicó un periódico en México cuyo nombre era "El cura de Tamajón" cuyo contenido era de ataque a los franceses, quizá este nombre se lo pusieran recordando las hazañas de este furibundo sacerdote en su lucha contra los franceses en la Guerra de la Independencia.
Me hecho seguidor de "Reinado de Carlos II de Carolvs.
Un saludo

Juan dijo...

Hola Arturo, recuerdo tu entrada de hace ya más de una año en tu blog sobre Talamantes. Luego leí sobre él en los libros que compré en El Virrey de Lima.
Gracias por tu comentario y saludos al Perú.

Juan dijo...

Gracias por la información amigo de Torrelaguna.